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domingo, 21 de febrero de 2016

Gyoza de surimi y aguacate inspirada en Queens NY


Este mes con Cocinas del mundo nos vamos al distrito de Queens, el más grande de la ciudad de Nueva York, y todo un parque de atracciones grastronómico en el que se puede disfrutar de la cocina fusión más innovadora del panorama asiático, mexicano y, en general, internacional. Hay muchas listas publicadas con selecciones de los mejores puestos y restaurantes de la zona, pero si algo tienen en común, es que los buenos chefs rescatan los platos tradicionales de las culturas más variopintas y les dan su propia interpretación; muchos se convierten en signature dishes, es decir, platos insignia o estrella de cada puesto o restaurante. 




Hace tiempo publiqué mis empanadillas japonesas, o gyoza, ギョーザ o ギョウザ, con el relleno tradicional de cerdo, que se venden en puestos en las calles de Japón, de Copenhague y de muchas otros lugares, entre ellos por supuesto el Queens de NY. Hoy os propongo un relleno diferente, en mi intento de marcarme mi propio signature dish al estilo de Queens. Se trata de una combinación de ingredientes que me pareció que podría quedar bien; no he encontrado ni una sola receta en internet con este relleno, así que me atrevo a decir que original sí es ;) Quedan muy ricas y cremosas; a mi vikingo le encantaron. Y es muy entretenido hacerlas para el que de verdad disfruta de cocinar y trabajar con las manos. Por supuesto, os traigo también la receta de la salsa tradicional con la que se acompañan. 

Para las empanadillas:
  • 15-20 obleas de masa para gyoza (de venta en tiendas asiáticas)
  • 150 g de surimi (unos 6-7 palitos de sucedáneo de cangrejo)
  • 1 aguacate
  • 1-2 cucharadas de queso de untar (en mi caso sin lactosa)
  • 200 g de edamame en vainas (judías de soja inmadura)
  • 3 gotitas de aceite de sésamo
  • Limón
  • Aceite vegetal

Para la salsa:

  • 3 cucharadas de salsa de soja
  • 1 cucharada de vinagre de arroz
  • 2 gotitas de aceite de sésamo
  • Opcional: El aceite de sésamo puede ser de sabor a chili o podemos añadir 2 gotitas de tabasco.





La preparación:

1. Cortamos el surimi por la mitad a lo largo y luego en láminas gruesas. Abrimos las vainas de soja y sacamos las judías. Si las vainas son congeladas, antes las habremos descongelado.


2. Sacamos la pulpa del aguacate con una cuchara y la chafamos con un tenedor. Rociamos con un chorro de limón para evitar que se oxide. 

3. Mezclamos bien el surimi, el puré de aguacate y la soja con 1-2 cucharadas de queso cremoso y unas gotitas de aceite de sésamo como toque aromático. 


4. Separamos una oblea del resto y colocamos una bolita de masa en el centro, en torno a cucharadita y media. Aplastamos un poco la bolita para poder cerrarla por arriba y que las puntas no se nos queden vacías.


5. Nos mojamos el dedo en agua y humedecemos todo el borde. Doblamos hacia arriba consiguiendo una media luna. Hacemos un pliegue en el centro y vamos cerrando con pliegues a derecha y a izquierda. Tiene que quedarnos una cresta arriba y una base plana.



6. Las vamos colocando sobre harina hasta que las tengamos todas formaditas. Notaremos que son menos firmes que las de cerdo, ya que el relleno es una crema.


* Se pueden cocinar a la plancha, al vapor, fritas... Pero seguiremos el método de preparación más popular: a la sartén con final al vapor, para que la base quede crujiente y la parte de arriba blanda. 

7. Calentamos aceite vegetal en una sartén; no hace falta una piscina, sólo lo suficiente para cubrir la superficie. Calentamos el aceite e introducimos los gyoza con la base en la sartén. 


8. Cuando la base esté dorada (sin quemarse), añadimos medio vaso de agua y cubrimos para que se terminen de cocer al vapor. Aproximadamente 3 minutos para freír la base y 2 minutos al vapor. Después los ponemos sobre papel absorbente para que se sequen un poco y en seguida los pasamos a una bandeja para que no se peguen al papel.



9. Se mojan en una sencilla salsa para la que mezclamos la salsa de soja, el vinagre de arroz, el aceite de sésamo y la guindilla. Batimos con un tenedor para que se mezclen los sabores y listo.

10. Si hacemos de más, las guardamos sin cocinar en un recipiente hermético. Si tenemos suficiente para 2 niveles, ponemos papel de hornear entre el primer piso y el segundo. Sobre todo si las vamos a congelar. 


¡Buen provecho!

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lunes, 15 de febrero de 2016

Berberechos con alubias y ajo negro


Este plato improvisado es genial para comer legumbres y disfrutarlas, ¡y lo mejor es que lo tienes listo en menos de media hora! Cuando uno pasa una temporada fuera de casa, lejos de su cocina y de su despensa, hay que ingeniárselas aún más para comer bien. Eso es lo que me pasa a mí últimamente, pero aunque pueda usar menos ingredientes y menos técnicas, y a pesar de la calidad de las fotos, fijaos qué recetas tan sabrosas, sanas y sencillas se puede marcar uno hasta en la peor cocina.

Recordad que no todo es carne en esta vida, también hay que comer legumbres al menos una vez por semana. Nos aportan hierro y vitaminas, además de proteínas vegetales, y son de bajo contenido bajo en grasas. Los berberechos, además de estar muy ricos y cocinarse muy rápido al vapor (más sano, imposible), nos aportan muchas vitaminas y minerales y tienen un contenido graso y calórico muy bajo. Por último tenemos el ajo negro, que tiene más propiedades si cabe que el ajo normal, y es que nos proporciona proteínas naturales y, con sus propiedades antioxidante, refuerza nuestro sistema inmunológico, lo que aumenta nuestras defensas. Para 2 personas:

  • 200 g de alubias blancas
  • 500 g de berberechos frescos en su concha
  • 1/2 cebolla grande
  • 2 dientes de ajo negro
  • 50-100 ml de vino blanco
  • Aceite de oliva
  • Perejil
  • Sal
  • Limón
  • Opcional: Parmesano en polvo



La preparación:

Antes que nada, os cuento cómo deshaceros de la arenilla de los berberechos:

* Lo primero es tirar los que no estén vivos, que serán los que estén abiertos y no se queden cerrados ni apretando. La forma más práctica de deshacernos de la arena es tenerlos a remojo en agua del mar, si la tenemos cerca. Si no, los introducimos en agua bien fría con un par de cucharadas de sal gorda durante unos 30 minutos (hay quien los deja horas, pero si tenemos prisa no hace falta). 


Ahora sí, vamos a la receta:

1. Calentamos en la sartén a fuego medio-alto 2-3 cucharadas de aceite y 1 cucharada de perejil picadito.

2. Enseguida incorporamos el ajo negro y la cebolla también picaditos. Removemos bastante para que no se queme.



3. Pasados un par de minutos echamos a la sartén los berberechos; en pocos instantes se empezarán a abrir (Si alguno no se abre, se recomienda no comérselo). Los rociamos con un chorro de limón.



4. Cuando estén abiertos casi todos, echamos el vino blanco. Mientras que dejamos que se evapore el alcohol podemos incorporar las alubias enjuagadas en un colador (hasta que no salga espuma) para deshacernos de los conservantes.



5. Y ya sólo queda probarlo de sabor, ¿están los berberechos cocinados? ¿Está bien de sal? Pues servimos y a disfrutar. Yo saqué parmesano en polvo a la mesa y le dio un toque muy rico espolvoreado sobre la tapita.



¡Buen provecho!



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