Esta receta está sobre todo pensada para aquellas personas a las que les gusta el pollo frito crujiente, pero no se dan el capricho o se lo comen con mala conciencia por la cantidad de grasas saturadas y calorías en general del plato. Esta versión es bastante saludable porque se prepara al horno (es un falso frito) y con muy poca grasa añadida y, además, prescindimos de la piel. Acompáñalo de una ensalada o un puré de coliflor y patata, y a disfrutar.
La idea surge porque me he aficionado a hacer queso fresco casero (en Dinamarca no existe y es la única forma de conseguirlo) y, al hacer el queso, me queda suero de leche que me da pena tirar. Así que he hecho ya varias recetas muy ricas inspiradas por la necesidad de reciclar el suero. Al marinar la carne con el suero de leche, la carne queda tierna y jugosa, ya veréis. Si no tenéis suero, también os sirve el yogur griego o la leche.
El pollo frito es muy popular en muchos países africanos y en los Estados Unidos. En esta versión saludable "frita" en el horno (es decir, asada), jugamos además a dar el sabor de los tacos tex-mex. El toque crujiente se lo da el panko y los cornflakes; podéis prescindir del panko y usar solo cereales; yo en otras recetas lo hago, pero me gusta el toque que le da la mezcla.
Para 2-4 personas, según si es picoteo o plato fuerte:
Para el marinado:
- 6-8 muslitos de pollo, según tamaño. 700 g
- 1/2 cucharadita de sal
- 1/2 cucharadita de pimentón dulce
- 1/2 cucharadita de ajo en polvo o 1 diente de ajo pequeño prensado
- Una chispa de pimienta negra
- 250 ml de suero de leche
- Zumo de 1/2 limón (o lima, pero si es pequeña, más de media)
Para el rebozado:
- 40 g de copos de maíz (Cornflakes) - cereales sin azúcares añadidos
- 40 g de panko (pan para empanar japonés)
- 2 cucharaditas de sazonador para tacos (o guacamole)
- 1/2 cucharadita de sal en escamas
- 1/2 cucharadita de cilantro en polvo
- 1 cucharadita de copos de guindilla o guindilla en polvo
- Aceite en spray
La preparación:
1. Lo primero será marinar el pollo. Mezclamos el suero de leche, el zumo de limón o lima, sal, pimentón, pimienta y ajo.
2. Entonces tendremos que deshacernos de la piel del pollo. Para eso hay varios trucos; mi favorito es pedirle a mi vikingo que lo haga por mí, porque a mí me da bastante asco. Pero cuando lo hago yo misma, corto con las tijeras a lo largo hasta el hueso y luego estiro ayudándome de un trozo de papel de cocina con el que agarro la piel y estiro mientras con la otra mano sujeto la pieza.
3. Introducimos la carne sin piel en el suero de manera que quede cubierta, tapamos el recipiente y lo dejamos marinar 6-8 horas en la nevera. A las 3-4 horas removemos para que los trozos de la superficie pasen al fondo.
4. Metemos los cereales en una bolsa de plástico y los trituramos con un rodillo. Tienen que quedar reducidos a trocitos, no pulverizados.
5. Para preparar la mezcla del rebozado, simplemente mezclamos bien el panko, los cereales (copos de maíz), el sazonador para tacos, sal, cilantro y gundilla.
6. Rebozamos cada muslo de pollo estrujando para que se pegue la mayor cantidad posible de la mezcla.
7. Colocamos los muslitos sobre papel de horno; mejor sobre una rejilla que sobre una bandeja, para que el calor circule mejor. Con un spray de cocina rociamos con aceite los muslos.
8. Horneamos en el horno precalentado a 200º durante 40-45 minutos, hasta que queden cocinados por dentro y crujientes y dorados por fuera. ¡Y listo!
¡Buen provecho!