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jueves, 14 de enero de 2021

Pastel de carne oriolano


En las confiterías y los hornos de mi Orihuela y de La Vega Baja se venden muchas cosas ricas, pero cuando se trata de pasteles de carne, hace falta apellido:

¿De hojaldre o murciano?, te preguntan.

Esta receta que os traigo hoy es precisamente la del pastel de carne de hojaldre de Orihuela; lo del murciano ya os lo cuento otro día; este es el oriolano, diríamos, que simplemente llamamos "pastel de hojaldre". 

La receta es facilísima, pero para que sepan como los auténticos y tradicionales, hay que usar los ingredientes correctos, claro está. Un elemento importantísimo es el embutido; solo lleva chorizo y blanco, también llamado "blanquet" por zonas catalanoparlantes, y que NO es lo mismo que el morcón blanco ni la longaniza blanca. Lo más parecido fuera de La Vega Baja sería la butifarra blanca catalana. Si no conseguís blanco, os recomiendo que le deis un sabor parecido a la carne con estas especias: sal, clavo y pimienta. Aquí podéis ver lo que es el blanco.

Veréis que mezclo un poquitín de bechamel con la carne; es un truco de algunas pastelerías y amas de casa para que el relleno quede más meloso. No es imprescindible, pero sí se nota la diferencia en la textura (que no en el sabor). También mezclo las especias a mi gusto, pero el resultado me teletransporta a Orihuela.

Normalmente tienen unos 13-15 cm de diámetro; también los hay minis. Estos de las fotos tienen 10-11 cm de diámetro y me salieron 12, así que estas cantidades dan para 8-12 pasteles:

  • 2 placas de hojaldre (unos 270 g por placa)
  • 500 g de carne picada de cerdo
  • 1 chorizo fresco (unos 50 g)
  • Unas 6 rodajas de blanco (leed más arriba sobre el blanco)
  • 2 huevos duros
  • 2-3 cucharadas de bechamel
  • 1-2 clavos molidos
  • 1/2 cucharadita de pimentón dulce
  • 1/4 cucharadita de nuez moscada
  • Sal y pimienta
  • 1 huevo para pincelar

La preparación:

* Yo la carne la suelo preparar la noche antes para ahorrar tiempo y dejar que se enfríe y no esté tan suelta como recién hecha, pero también la puedes hacer en el momento y dejar que se enfríe mientras preparas el resto; eso sí, no pongas el relleno caliente sobre la masa o fundirás la mantequilla del hojaldre. 

1. Calentamos un par de cucharadas de aceite de oliva en una sartén o cazuela; echamos la carne picada con el clavo molido, la nuez moscada, el pimentón dulce, sal y pimienta. Removemos y dejamos que se cueza la carne. No hay que hacerla de más porque aún le queda el horneado; le damos unos minutos, lo suficiente para que no esté rosa. Y mezclamos con 2-3 cucharadas de bechamel, que como digo no es imprescindible, pero deja el relleno más meloso. Sacamos de la sartén y dejamos enfriar.


2. Preparamos el embutido; yo corto una rodaja de chorizo en mitades o cuartos y le pongo 3-4 trozos a cada pastelito, así está mejor repartido y no te llevas todo el chorizo en un bocado.  Lo mismo con el blanco. También porque estos de la foto son un poco más pequeños de lo normal, así que no caben varias rodajas enteras. 
Si pones rodajas enteras, ten en cuenta que te hará falta más embutido.


3. Ahora cortamos la masa; yo uso una lata, pero puedes usar un molde de cocina, recortar un círculo de papel y cortar alrededor con un ciuchillo o como tú veas. No tiramos nada de la masa, que luego uniremos las sobras para hacer más pasteles.


3. Tomamos nuestro primer círculo de masa, servimos un par de cucharadas del picadillo; dejamos 0,5-1 cm del borde libre. Sobre la carne repartimos 3-4 trozos de chorizo y 3-4 trozos de blanco. Coronamos con una rodaja de huevo duro (lo mismo con el huevo que con el embutido; para este tamaño lo mejor es una rodaja en el centro, pero si los hacéis más grande, podéis meter más).


* Si vamos a hacer muchos pasteles, podemos mezclar los trozos de embutido con el picadillo y así agilizar el proceso, pero como esta receta es para pocos, suelo hacerlo así para asegurarme de que los sabores estén bien repartidos.

4. Tapamos con otro cículo de masa, humedecemos el borde con agua (nos mojamos un poco el dedo y listo) y sellamos. Podemos sellar con las yemas de los dedos simplemente; en otras recetas el aspecto es importantísimo, pero esta es muy humilde y sencilla en su aspecto.


* Los retales y esquinas de masa que nos han ido quedando, los juntamos, presionamos con las manos o con un rodillo, pero sin hacer más fina la masa, y sacamos más círculos de masa hasta que ya no nos quede hojaldre.

5. Cuando tengamos todos los pasteles rellenos y sellados, pincelamos con un huevo batido.


6. Horneamos en el horno ya precalentado a 200°C con función ventilador durante 15 minutos, hasta que estén dorados. Sin función ventilador, pueden requerir 5 minutos más.

Y listo. Los dejamos reposar sobre una rejilla para que no suden y ya se pueden disfrutar. Personalmente me gustan tanto fríos como templados, pero es imposible resistirse a catarlos mientras están recién hechos. 


Si los quieres recalentar, recomiendo calentar el horno a 200°C, apagar cuando esté caliente y darle a los pasteles unos minutos dentro (con el horno apagado). Si tienes prisa, puedes usar el microondas; no quedarán igual de crujientes, pero estarán ricos. Recuerda meter medio vaso de agua al microondas a la vez para que el pastel no quede seco.
Una vez que estén fríos, también los puedes congelar sin problema, pero no los chafes.

¡Buen provecho!

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1 comentario:

  1. En Elche se utiliza mucho el blanquet y no nos consideramos catalanoparlantes sino valencianos, parlem valencià. Un saludo.

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