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martes, 29 de agosto de 2017

Saganaki de queso con miel y limón


Hace poco fuimos a Grecia. Fue un viaje precioso y, además, tuvimos la suerte de probar unos lokoumades divinos en Korfu y el famoso saganaki en Atenas. En Santorini solo tocó helado.Yo tenía capricho de probar estos clásicos griegos por culpa de (o más bien gracias a) mis admirados ‎Gary Mehigan y George Calombaris.

Encima, al volver a casa en Dinamarca, celebraban la semana griega en un supermercado y ¡tuve la gran suerte de encontrar kefalotyri! Es uno de los principales quesos con los que se prepara el saganaki. Otras opciones son graviera, kasseri y kefalograviera. Y también sirve el halloumi, que se usa en Chipre.
Debo aclarar que "saganaki" solo se refiere al tipo de preparación, frito; aunque los saganakis más famosos son el de gambas y el de queso.

En Atenas lo probamos con masa filo; otras opciones son empanado en tapioca, en harina de trigo y en harina de sémola. En realidad también se puede freír sin empanar, pero con los quesos menos duros, la costra adicional evita que el queso se pegue y además añade una textura interesante. Un gran clásico es la receta que incluye miel y limón, aunque en Estados Unidos se popularizó una versión flambeada con ouzo o coñac. Bueno, pasamos a la receta, que hoy es empanada en sémola, con alguna semilla de sésamo, miel y limón.


  • 300 g de queso kefalotyri, graviera, kasseri, kefalograviera o halloumi
  • 3-4 cucharadas de polenta (o, si preferís, harina de sémola, que es como polenta fina)
  • 2 cucharadas de miel
  • 2-3 cucharadas de aceite de oliva
  • 1/2 cucharadita de semillas de sésamo (negras mejor)
  • Un cuarto-medio limón
  • Pimienta negra
  • Agua
  • Orégano



1. Preparamos las porciones de queso. Normalmente son trozos triangulares o rectangulares, pero el trozo que yo compré es más bien ovalado. En cualquier caso, lo importante es cortar trozos con un grosor de aprox. 1-1,5 cm para evitar que se derrita y se pegue a la sartén.



2. Calentamos el aceite en una sartén antiadherente. Para mi gusto, mejor no abusar. Cubro el fondo y, si hace falta más al darles la vuelta, añado un poco; no me gusta ahogarlo en aceite.

3. Mientras tanto, empanamos el queso. Normalmente se usaría huevo, pero para aligerar la receta y dar protagonismo total al queso, vamos a usar agua. Sí, agua. Pasamos una pieza de queso por agua, sacudimos para deshacernos del exceso y rebozamos en la sémola. Otra opción para mojar el queso es leche.


4. Entonces freímos a fuego medio cada trozo de queso. Le damos un par de minutos por cada lado hasta que esté dorado.


5. Si la miel es de consistencia densa, recomiendo calentarla y ablandarla un poco en un cazo o en el microondas. Si la miel es líquida o viene en un bote con dispensador, se puede rociar directamente el queso con ella y el propio queso la calentará.

6. Espolvoreamos con las semillas de sésamo, una pizca de pimienta negra y, si queremos, con el orégano. Finalmente, rociamos con unas gotas de limón y servimos con un par de cuñas de limón para que cada uno se eche más. ¡Y a comer inmediatamente antes de que se enríe!

* Para aligerar aún más la receta, se puede hacer el queso a la plancha sin rebozar en absoluto, pero estaríamos hablando de otra receta y hoy os la presento así, que está muy buena ;)

¡Buen provecho!

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lunes, 21 de agosto de 2017

Patatas chafadas


Esta guarnición de patata es especial porque queda tierna por dentro y firme y crujiente por fuera; además es facilísima de hacer, ya verás.

Los sabores concretos dependen de lo que tengas por casa ese día, pero te cuento cómo las suelo hacer yo. Yo hice 12 patatitas del tamaño de una nuez para 2 personas (bueno, 2 de ellas eran del tamaño de una monedita).

  • Unas 5-6 patatas baby por persona 
  • Tomillo
  • Cebolla en polvo
  • Sal, en mi caso sal de pimentón dulce
  • Aceite de oliva (en mi caso, arbequina)
  • Otras opciones: Ajo en polvo, pimienta, romero...

La preparación:

1. Limpiamos muy bien las patatas para deshacernos de tierra y cualquier otra impureza. No las pelamos para conservar todas las vitaminas de la piel.


2. Después hervimos las patatas. En la olla rápida, tardarán 7 minutos; en la olla normal, unos 15-20 minutos. Tienen que quedar cocidas del todo por dentro. 

3. Aprovechamos para precalentar el horno a 230º mientras tanto.

4. Una vez hervidas, las colocamos sobre papel de horno en una bandeja de horno. Y lo siguiente es chafarlas; con el puño o, si queman, con ayuda de un tenedor o de un prensa-patatas. Lo importante es no romperlas demasiado; sólo las chafamos sin que se descompongan en trozos independientes; que sigan en una pieza.


5. A continuación condimentamos. No hace falta aceite, pero es un buen toque; así que empezamos con un chorrito sobre cada patata chafada. Después espolvoreamos el tomillo, la cebolla en polvo y la sal, en mi caso con sabor a pimentón dulce (sal y pimentón dulce tendrían el mismo efecto).


6. Les damos 20 minutos en el horno precalentado a 230º. Podemos darle un poquito más si las preferís más doradas y crujientes por fuera, pero con 20 minutos, sobra.


¡Buen provecho!

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domingo, 13 de agosto de 2017

Timbal de buey de mar y aguacate


Cuando vi estas patas de buey de mar, no me pude resistir; me las llevé e improvisé esta ensalada fresquita con ellas. La cremosidad del aguacate, la textura y el toque terroso de la nuez y el aliño de cítricos con aceite de sésamo quedan espectaculares con el delicioso gusto del buey cocinado en mantequilla, ajo y guindilla. Un lujo de lo más sencillo. Para 2-4, según el tamaño del timbal y según si es aperitivo o cena ligera.

  • 450 g de patas de pinza de buey de mar
  • 1 aguacate maduro
  • Unas 8 hojas de lechuga
  • 1/2 cebolla morada
  • 1/2 tomate de pera
  • Un puñado de nueces
  • 1 naranja
  • 1/2-1 lima
  • 2 cucharaditas de aceite de sésamo
  • 2 cucharaditas de mantequilla
  • 1 diente de ajo
  • 1 cucharadita de guindilla picada
  • Sal marina y pimienta negra
  • Mi ingrediente secreto para el aliño, opcional: En el zumo de naranja trituro 1 fresa madura.

La preparación:


1. Lo primero es preparar el aliño. Exprimimos el zumo de la naranja. Si vamos a incluir una fresa como ingrediente secreto, la trituramos en el zumo. Añadimos el zumo de media lima, probamos y decidimos si queremos más lima. Incorporamos el aceite de sésamo, mezclamos y salpimentamos. Lo reservamos al frío durante unos 30 minutos para que se potencien los sabores.


2. Cortamos finito la lechuga lavada y la repartimos en el fondo del molde redondo. Rociamos con 1-2 cucharaditas de nuestro aliño de cítricos.



3. Sobre la lechuga repartimos las nueces. Sobre las nueces colocamos una rodaja finita de tomate y unos aros finísimos de cebolla, por ejemplo cortados con mandolina. Rociamos con una cucharadita de nuestro aliño.


5. Sacamos la pulpa del aguacate con una cuchara y lo trituramos con un tenedor. Vertemos 1-2 cucharaditas de nuestro aliño sobre la pulpa y lo mezclamos bien. Así evitamos que se oxide además de dar sabor.

6. Con una cucharilla vamos repartiendo el puré de aguacate sobre la última capa del timbal y con el revés de la cuchara aplanamos para que quede uniforme. Rociamos con una cucharadita del aliño. Yo a esta altura ya retiro el molde.



7. Lo siguiente ya es el buey. Con unas pinzas o unas tijeras apropiadas vamos abriendo las patas y sacando la carne del buey. No pasa nasa si no salen intactas, lo vamos a desmigar luego. Eso sí, no desperdiciéis nada, sacadlo todo.



8. Calentamos 2 cucharadas de mantequilla en una sartén a fuego medio-bajo, añadimos la guindilla y el ajo picaditos, les damos un par de vueltas e incorporamos la carne de buey. Aprovechamos para desmigar y le damos 3-4 minutos antes de retirar del fuego.


9. Con cuidado servimos la carne de buey sobre el piso de aguacate del timbal y rociamos con el jugo que haya quedado en la sartén y con 1-2 cucharadas más de nuestro aliño. Si nos sobra aliño, lo podemos sacar a la mesa y que se sirva cada uno. Se come mientras el buey está templadito y de verdad que queda delicioso ;)

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Bergua*




domingo, 6 de agosto de 2017

Hamburguesa de halloumi


Esta receta va por J&A. Hace poco fui a visitarles en Alemania y un día me dieron de cenar hamburguesas vegetarianas de queso halloumi, ¡con lo que a mí me gusta el halloumi! 

El relleno de estas hamburguesas puede variar según lo que tengas y lo que te apetezca. Puedes añadir pimiento verde, pepino, aguacate... Ya veréis que yo hoy le pongo hasta melocotón a la parrilla, que queda riquísimo. La piña a la parrilla también queda muy bien. Casi todos los ingredientes se pueden pasar por la parrilla si lo preferís, pero así como os la presento es la excusa perfecta para comer verduras en crudo, que es como más nutrientes nos aportan. Y es una comida fácil y rápida :)


El queso tiene que ser semiduro, preferiblemente el Halloumi chipriota, pero en cualquier caso, de ese tipo para que no se funda; también sirven los quesos griegos utilizados para el saganaki.

Por lo demás, pues evidentemente se puede comer sin pan o solo con una parte del pan (como yo hago), pero aquí hoy os la presento completa y luego cada uno que haga lo que quiera ;)

Para 4 hamburguesas:

  • 250-300 g de queso hallomi 
  • Bocadillos para hamburguesa
  • 2 tomatitos de pera (en mi caso variedad amarilla, muy dulces)
  • 1/2 cebolla cruda o a la plancha
  • 1/4 de pimiento rojo
  • 1/2 melocotón
  • 2 hojas grandes de lechuga
  • Sal marina en escamas y pimienta
  • Salsas: Las que nos gusten; ketchup, barbacoa, mahonesa, yogur con ajo, mostaza...

    *Las cantidades van al gusto, según lo que guste en casa; a mí en crudo me gusta más la cebolla que el pimiento, por ejemplo, pero se pueden cambiar los ingredientes y las cantidades.

La preparación:

1.  Preparamos las verduras. Lavamos los tomates y los cortamos en rodajas no demasiado gruesas (Aprox. 0,5 cm o menos). Lavamos el pimiento y lo cortamos al gusto; en mi caso, en rodajas finitas. Pelamos la cebolla y cortamos media en anillos del grosor que nos guste. Finalmente, lavamos las hojas de lechuga y las partimos en trozos que le vayan bien al pan. Reservamos en la nevera o fuera, según el calor que haga.


2. Ponemos la plancha/carmela a calentar a fuego vivo. 

3. Mientras tanto preparamos el resto; el queso lo cortamos en lonchas de aprox. 1-1,5 cm; a mí me dio para 4 lonchas. Lavamos bien el melocotón (no hace falta pelarlo si no tenemos alergia a la piel) y cortamos 4-5 rodajas del mismo grosor que el tomate o como queramos.

4. Cuando la plancha esté caliente, bajamos el fuego a medio-alto y ponemos a asar el queso y el melocotón. Al melocotón le echamos un poco sal marina y pimienta; el queso solo necesita pimienta porque es de tipo salado. Si queremos, podemos echar una cispa de aceite con un spray de cocina por encima, pero no es necesario. Les damos unos minutos hasta que tengan las marcas de la plancha marcadas más oscuras. Los ingredientes calientes es mejor servirlos por separado para que la lechuga, por ejemplo, no se ponga mustia.



5. ¡Y ya está! La idea es que cada uno se monte su propia hamburguesa a su gusto y el orden de los factores no altera el producto; acuérdate de la o las salsas, la cebolla, el tomate, el pimiento, el melocotón, el queso, la lechuga... Todo lo que hayas preparado. ¡Y a disfrutar!
¡Ah! Si tenéis tiempo y os apetece, también podéis tostar un poco el pan, pero vamos, no hace falta.




¡Buen provecho!

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martes, 1 de agosto de 2017

Cuajado de piquillo y atún


¡He encontrado pimientos del piquillo! ¡En Dinamarca! Y para celebrarlo hice este invento que, la verdad, salió buenísimo. 
Se puede hacer como cuajado grande o en moldes individuales (de magdalena, de flan, etc.) y se puede comer templado o frío, aunque a mí personalmente me gusta más en frío. Creo que en este caso se potencian los sabores y se aprecia mejor. ¿Y a qué sabe esto? Pues a mí me recuerda mucho a las empanadillas de pisto de mi Orihuelica, pero vamos, en general, al relleno de una empanada que lleve pimiento asado y atún. Bien rico.

¡Ah! ¡Y encima son sanitas, no te creas otra cosa! Me planteé si usar nata o un queso tipo ricotta, pero es que esta nata tiene un 4% de materia grasa solamente, con lo que tiene menos calorías que el ricotta o el queso cottage. Así que a disfrutar mientras nos cuidamos ;)

En cuanto a la cocción, lo ideal es hornear al baño maría para que el huevo se cuaje de la forma más delicada posible. No obstante, eso lleva bastante más tiempo; por eso quise probar a hornearlos sin baño y así ver qué tal. Y funciona. El aspecto es algo más tosco, pero se cocinan perfectamente.

  • 220 g de pimiento de piquillo asado (280 g con líquido, que desecharemos)
  • 1 diente de ajo (mi bote de pimientos llevaba uno, usé ese)
  • 100 ml de nata para cocinar 4% de materia grasa
  • 3 huevos
  • Pimienta negra y sal
  • Aprox. 80 g de atún en aceite escurrido 

La preparación:

1. Escurrimos los pimientos. Podemos desechar el líquido o guardarlo si queremos usarlo para alguna otra receta.


2. Batimos a máquina el diente de ajo, los pimientos y la nata.


3. Batimos los huevos y los mezclamos bien a mano con la mezcla de los pimientos.


4. Añadimos sal y pimienta al gusto y el atún escurrido y desmigado. Mezclamos con suavidad para que se distribuya bien el atún.



5. Toca rellenar los moldes. Si son de silicona, no es preciso prepararlos; si son metálicos, los engrasamos ligeramente con aceite por dentro, por los lados y la base. Con una cuchara vamos rellenándolos con nuestra mezcla. No los llené hasta arriba por miedo a que subieran y se desbordaran, pero se desinflan al sacarlos del horno, así que no tengáis miedo de llenar los moldes casi hasta arriba.


6. Le damos unos 30-35 minutos a 175º en el horno precalentado. El tiempo dependerá de nuestro horno y de si escogemos un solo molde o varios pequeños. Pasados 30 minutos, pinchamos con un palito y, como con los bizcochos, si sale limpio, está hecho.

¡Y ya está! Es importante dejar que se enfríen un poco antes de sacarlos del molde o se romperán. Si tenemos una rejilla de horno sobre la que ponerlos a enfriar, mejor, para que no suden. Pasados un mínimo de 5-10 minutos, para mí gusto mejor una media hora, saldrán fácilmente de los moldes y ya los podemos servir y disfrutar.


¡Buen provecho!

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