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viernes, 13 de julio de 2012

Tortilla española ligera


Al margen de todos los guiris que me piden que les haga una tortillica de patatas, a uno también le apetece de vez en cuando hacer y comer este plato típico entre los topicazos, sobre todo cuando se le van acumulando a uno los años fuera de Iberia. Claro, que la receta, lo que se dice ligera no es. Por eso me propuse reducir la carga calórica, para que nadie se pierda el gustazo. Primero probé a hacer una versión hirviendo las patatas y cociéndolas finalmente en el horno con el huevo y la cebolla. Pero aquello no salía demasiado sabroso. Así que probé esta versión, que para mí que en casa va a ser la definitiva. Por supuesto a una tortilla se le puede echar desde queso hasta espárragos pasando por el atún, el pimiento o, como me piden los daneses a menudo, chorizo y ajo con patatas (Y lo ven tan español, oye). Esta es una versión más tradicional por lo que respecta a los ingredientes. A ver qué os parece:

  • 3 patatas medianas
  • 1 calabacín (para ahorrar en hidratos de carbono y aportar sabor)
  • 1 cebolla pequeña
  • 4 o 5 huevos
  • sal
  • aceite de oliva
  • Opcional: 1/2 cucharadita de pimienta negra y/o perejil

La preparación:

  1. Se pelan las patatas lavadas y la cebolla. A continuación se laminan/trocean las patatas y los calabacines y se corta la cebolla a rodajas finas. En mi tierra se laminan, pero eso ya, según la costumbre y el gusto. Hay incluso quien tritura con un tenedor todos los ingredientes para hacer una masa)
  2. Se ponen a cocer a fuego fuerte en la vaporera primero la patata y a los 2 minutos el calabacín, hasta que estén blandos (unos 20 min), sin dejar que se deshagan. Si cocinar al vapor no fuera una opción, se pueden hervir los ingredientes o cocerlos al microondas, aunque yo prefiero no abusar de este último electrodoméstico. Mientra se cuencen en la vaporera, añadimos sal y, si queremos, pimienta negra. Una vez ya fuera de la vaporera, podemos añadir también un chorrito de aceite por reanimar el sabor.
  3. Mientra tanto, se pone a pochar la cebolla con una chispa de aceite hasta que se dore.
  4. Se baten los huevos en un recipiente hondo con una pizca se sal y  un poquillo de leche para que la tortilla quede más esponjosa. Después se añaden la cebolla, la patata y el calabacín.
  5. En una sartén antiadherente se pone a calentar un poco de aceite (lo suficiente para engrasar la superficie) y cuando esté bien caliente se vierte la mezcla y bajamos el fuego. Se hace con fuego suave y sin prisas. Si queremos una tortilla alta, un truco para que aumente de volumen es taparla.
  6. Dejamos que se dore y, de vez en cuando, despegamos los bordes de la sartén. Con un tenedor clavado en la tortilla, la hacemos bailar un poco para que no se pegue.
  7. Cuando una cara esté dorada, se humedece un poco un plato llano o una fuente y se le da la vuelta a la tortilla. Se deja dorar y está lista cuando haya cuajado todo el huevo.





¡Buen provecho!


 Y con esta receta tan castiza, me despido hasta dentro de un mes, ya que en verano siempre uso las vacaciones para practicarme una desintoxicación tecnológica en la medida de los posible =)
  



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