El finde pasado estuve de paseo por el sur de Suecia y descubrí los Smörgårstårta, un tipo de bocadillo sueco muy curioso que hoy os enseño. Es un súper clásico de la cocina sueca; básicamente es un sandwich abierto, pero de tres plantas (normalmente) y presentado como un pastel dulce; de hecho, el nombre de estos pasteles se compone de "smörgår" (emparedado/bocadillo abierto) y "tårta" (pastel). Pero son pasteles salados, ¿eh? A mí me encantó.
Los hay de muchos tipos, pero los dos rellenos más clásicos incluyen: 1. Gambas, ya sean solas o combinadas con salmón ahumado, surimi, caviar, etc. 2. Paté de hígado de cerdo y jamón dulce o rosbif. No obstante, también los hay de salami, de pepinillos en vinagre, de queso, de atún y de muchas más cosas.
(Por cierto, el gatito de la foto es Findus, un personaje muy famoso de cuentos infantiles suecos)
El que yo probé hace unos días en Ystad era de gambas, surimi, champiñón y mayonesa. En ese me he inspirado para hacer esta versión, pero la he convertido en una opción más saludable al añadir verduras y sustituir la mayonesa por yogur griego. Quedó de rechupete y ya estoy pensando en qué relleno hacer para la próxima. El nombre de este pastel es Räk tårta, es decir "Pastel de gambas" (räk es gamba).
En los países escandinavos se come, sobre todo, pan de centeno, sin embargo, para preparar estos pasteles se usa pan blanco; en Suecia venden un pan de molde alargado y otros tipos de pan en forma de media luna para estas recetas (vetekakor). Según el pan que se usa, salen redondos, rectangulares, octogonales... Os dejo un par de muestras:
La decoración puede ser tan exagerada como uno quiera, yo en este primero aposté por la simplicidad. Como solo somos 2 en casa, hice medio pastel. Un pastel entero da para unas 8 personas. Y por fin, pasamos a la receta (para aprox. 4 personas):
- 9 rebanadas de pan de molde sin corteza (3 para cada piso). Yo usé 3 medias lunas de 30 cm de largo y 15 cm de ancho; 350 g en total.
Para el relleno:
- 250 g de surimi (sucedáneo de cangrejo)
- 100 g de camarones cocidos
- 80 g de cebolla morada
- 100 g de lechuga fresca
- 70 g de champiñones laminados en conserva
- 2 huevos duros
- 200 g de yogur griego 2% materia grasa (de cocinar)
- 1- 1 1/2 cucharadas de zumo de limón
- 1 cucharadita de salsa tabasco o pimienta de cayena
- 1/2-1 cucharada de eneldo fresco
- Sal y pimienta negra
Para decorar:
- Aprox. 100 g de pepino (17 rodajas en mi caso)
- Aprox. 150 g de aguacate maduro (Casi uno entero, según el tamaño)
- 200 g de camarones cocidos
- 3-4 cucharadas de yogur griego 2% materia grasa
- Rodajitas de imón
- Eneldo fresco
La preparación:
1. Vamos a preparar todos los ingredientes del relleno. Empezamos por cocer los huevos, 12 minutos desde que el agua rompa a hervir.
2. Vamos a rallar el huevo y el surimi.
3. El resto (cebolla, lechuga, champiñones en conserva y camarones), lo vamos a picar muy finito.
4. Entonces preparamos la salsa que lo ligará todo: yogur, tabasco, eneldo fresco picadito, limón y un poco de sal y pimienta al gusto. Mezclamos bien.
5. Mezclamos primero muy bien los ingredientes rallados y picados y después mezclamos a conciencia con la salsa de yogur.
6. Ya podemos pasar a hacer la primera capa de nuestro pastel; distribuimos una capa alta del relleno sobre el pan. Si usamos pan de molde, colocamos 3 rebanadas muy pegaditas en fila.
7. Colocamos la segunda fila de pan sobre el relleno y sobre esta repartimos el resto del relleno.
8. Finalmente cubrimos con una tercera fila de pan. Ahora pasamos a decorar.
9. Lo primero es pelar un buen aguacate, ni muy duro ni muy blando. Entonces lo cortamos en rodajas de grosor similar.
10. Restregamos una capa fina de yogur sobre la tapa del pastel y repartimos las rodajas de aguacate. Echamos unas gotitas de limón para que no se ennegrezca si sobra algo. Después coronamos con las gambas cocidas por todo.
11. Con una mandolina cortamos rodajas finitas de pepino. Las repartimos un poco superpuestas por la parte de atrás del pastel; nos ayudamos con el yogur a modo de pegamento.
12. Finalmente, (no hagáis como yo, que me olvidé), añadimos hojitas y ramilletes de eneldo fresco en los huecos que queden y donde nos parezca. Y decoramos con cuñitas o rodajas de limón. ¡Y listo!
Se come frío y, de hecho, si lo metes un rato en le frigo, se potenciarán los sabores, así que lo puedes dejar hecho con tiempo.
¡Buen provecho!
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Bergua*