¡Viajamos a Ucrania con Cocinas del mundo! Para este viaje he elegido unas gachas muy tradicionales que se sirven para la cena de Nochebuena. Se dice que es una receta prehistórica, aunque evidentemente han habido cambios por el camino, no solo por el tiempo, también de región a región. Pero después de leer varias fuentes, os puedo contar la esencia de la receta.
Estas gachas, kutiá, se utilizan para rituales navideños y simbolizan abundancia y fertilidad. La tradición dice que trae buen tiempo y buena suerte con la cosecha del próximo año. Los ingredientes principales se repiten en todas las regiones de Ucrania, ya que tienen un significado especial:
* El cereal en grano simboliza la eternidad, la resurrección y la riqueza.
* La miel representa la dicha mundana, el bienestar y la prosperidad en la vida.
* Las semillas de amapola y los frutos secos son símbolo de prosperidad y buena fortuna.
Me llamó la atención por la carga histórica y cultural del plato, pero también porque aquí en Dinamarca también hacemos y comemos muchos tipos de gachas, sea para desayunar o para cenar. La verdad es que estas no entran en mi lista de favoritas, pero la experiencia ha estado bien. Mi fuente principal fue esta.
- 130 g de cereal en grano (bayas); puede ser trigo, cebada, mijo, centeno...
- 35 g de semillas de amapola
- 40-50 g de nueces
- 35 g de uvas pasas
- 1-2 cucharadas de miel
- 1/2 cucharada de azúcar (en mi caso Sukrin, sin calorías)
- Una pizca de sal
- Agua
La preparación:
1. Lavamos varias veces el cereal, en mi caso grano entero de centeno, y después lo dejamos secar en un colador.
2. Ahora vamos a cocer el cereal. En una olla echamos el cereal y 400 ml de agua. Tapamos para que no se evapore el agua y llevamos a ebullición. Bajamos el fuego y dejamos hervir durante 10 minutos. Entonces añadimos una pizca de sal, removemos y le damos 20 minutos más. De vez en cuando removemos y, si hace falta, bajamos el fuego al mínimo para que no se cocine de más. Finalmente lo dejamos reposar en un colador.
3. Mientras tanto ponemos las semillas de amapola en una sartén o un cazo con 70 ml de agua. Cocemos a fuego lento durante unos 20 minutos y, cuando las semillas hayan absorbido el agua, añadimos 70 ml más y repetimos el proceso de hervir a fuego lento hasta que absorban el agua.
4. Las pasas las ponemos a remojo en agua durante unos 15 minutos.
5. Picamos (a cuchillo o en mortero) las nueces y las tostamos un poco en una sartén. Reservamos algunas enteras para decorar.
6. Cuando las semillas de amapola estén listas, las mezclamos con el azúcar, preferiblemente en un mortero para poder chafarlas un poco en el proceso.
7. Mezclamos el cereal cocido, las nueces tostadas, las semillas de amapola, las pasas escurridas y la miel.
8. Servimos y decoramos con nueces enteras. Recomiendo sacar miel a la mesa, porque a mí me pareció que le hacía falta más, y yo no soy de abusar de azúcar ni sabores dulces.
* Se puede comer en frío o en caliente, y se recomienda hacerlo el día de antes para que gane en sabor; yo hoy probaré las sobras de ayer ;) Aguantan en la nevera unas 2 semanas, por cierto.
¡Buen provecho!