Os he puesto el nombre completo por aquello de la formalidad, pero ahora que ya os conocéis, a esta tortilla de huevo japonesa se le suele llamar simplemente tamago. Al principio se me olvidaba siempre el nombre y pensaba en "tamagochi" para rescatarlo de mi memoria. Así caí en que a la maquinita la llamaron así por su forma de huevo, de lo que se entera una a estas alturas. Y es que tamagoyaki significa huevo asado y también se le llama dashimaki, si se hace con caldo de bonito. Se toma como desayuno o en platos de sushi y, aunque se caracteriza por su tono dulzón, puede ser salado también, según la zona y el cocinero. Se cocina en sartén rectangular, pero hoy os demostraré que no es imposible hacerlo en una redonda ;)
- 3 huevos
- 1/2 cucharada de salsa de soja
- 1/2 cucharada de maizena o harina de patata
- 1/2 cucharada de azúcar; en mi caso de caña.
- Aceite vegetal
- Opcional: Yo quise darle un toque verde y añadí 1 cucharada de algas secas. También pueden ser espinacas picaditas o cebollino, por ejemplo.
- 1/2 cucharadita de umami* en polvo.
* Aprovecho para contaros sobre el umami, por si no lo conocéis. Leí hace tiempo un artículo sobre este 5º sabor desconocido hasta hace poco en Europa como tal. Tenemos dulce, salado, amargo, ácido y umami, que significa "sabor sabroso". Si os interesa el tema, aquí podéis leer más sobre qué es, cómo se identifica, en qué alimentos está presente y cómo se usa en la cocina. Me sorprendió bastante encontrarlo en la zona de especias de una tienda hace poco y me lo llevé.
Si no encontráis, no os preocupéis: La salsa de soja es rica en umami, así que eso ya sirve. Pero las setas (somo la shiitake) y los champiñones también contienen ese sabor. Puedes usar ralladura o polvo de champiñón, por ejemplo. El bote de especia umami que os muestro en la receta lleva polvo de tomate, de champñón, de cebolla, de salsa de soja, de ajo, sal, pimienta y cayena, básicamente.
La preparación:
1. Batimos los huevos con la maizena, el azúcar, la salsa de soja y el umami en polvo, si tenemos. Si vamos a darle el toque verde, añadimos la cucharada de algas secas, 2 cucharadas de espinacas picaditas...
2. Untamos una sartén antiadherente con un poco de aceite vegetal y la calentamos a fuego medio. Como decía, debería ser rectangular, pero veréis que en la redonda también sale.
3. Repartimos el huevo batido por la sartén. No debe quedar gruesa la tortilla, pero demasiado fina tampoco o se romperá al levantarla. Lo que sobre lo reservamos un momento.
4. Tras 2-3 minutos, cuando la base esté cuajada y tenga algo de color, doblamos por la mitad hacia arriba y una vez más.
5. Entonces cubrimos la parte de arriba de la sartén con huevo batido del que nos quedaba asegurándonos de que se peque a la tortilla que ya tenemos enrollada.
6. Cuando cuaje por debajo el huevo que acabamos de incorporar, volvemos a doblar hacia arriba. Repetimos hasta que nos quedemos sin huevo. Antes de retirar del fuego, nos aseguramos de que el huevo esté cuajado.
7. Cortamos los extremos para que se nos queden rectos, como si lo hubiéramos hecho en una sartén cuadrada o rectangular.
8. Ahora cortamos nuestro rollo en rodajas de unos 2 cm de grosor y ya lo tenemos listo para comer tal cual como fiambre, como relleno de maki, sobre nigiri-sushi...
¡Buen provecho!
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Bergua*