Hacía tiempo que no hacía pastel de hojaldre en casa y ya me iba apeteciendo, pero tenía ganas de probar un relleno diferente, así que reuniendo antojos, se me ocurrió hacer unos hojaldritos de queso de cabra e hijos y aproveché el sabor de esos dos ingredientes para añadir un toque sano y discreto, las espinacas. Así lo hice para 6 empanadillas:
- 250g de espinacas frescas
- 1/2 rulo de queso de cabra (unos 100g)
- 6 higos secos (se podrían usar frescos, pero encontrarlos aquí en Dinamarca era demasiado desafío)
- 1 paquete de masa de hojaldre rectangular (el mío era de 270g)
- 1 huevo
- Pimienta negra
- 1 diente de ajo
- Opcional: Yo le eché una pizca de cilantro molido, un chorrito de limón y una pizca de jenjibre a las espinacas.
Esta receta tal y como la hice es apta para vegetarianos (no veganos), pero también se le puede añadir sobre la manta de espinacas unas tiras de lomo de cerdo (como cortado en "juliana") cocinadas a la plancha o pequeños taquitos de lomo cocinados con las espinacas.
La preparación:
1. Si la masa estaba en la nevera, lo primero, la sacamos, se desenrolla y se deja que se adapte a la temperatura ambiente. Si es masa congelada, es posible que sean placas gruesas que tengáis que estirar. Si tenéis la opción, comprad una masa fina, lista para usar, como la de la imagen. De lo contrario, harina y rodillo, a la vieja usanza.
2. Con una masa de las medidas de la mía (24x40) calculé unos 13 cm para cada empanada. Hice un corte longitudinal y a continuación dos cortes a lo ancho, de manera que me quedaron 6 cuadrados de un tamaño más o menos similar.
3. Las espinacas se lavan y se escurren lo primero. Después se pueden cocer al vapor, aunque esta vez yo preferí pocharlas en la sartén con una pizca de aceite, el diente de ajo picado, el cilantro y el jengibre hasta que se redujeran a la mitad.
4. Mientras tanto se enciende el horno a 200º para que se precaliente.
5. Una vez están listas las espinacas, se hace una cama con ellas, más cerca de uno de los bordes de la masa para poder cerrar después. Sobre esta cama se coloca el queso (a mí me cupo una rodaja y media) y sobre éste unas tiras de higo seco.
6. Una vez rellenas, se pueden cerrar las empanadas. Yo probé dos estilos, uno más rectangular y otro más redondeado. En la foto de antes de la cocción podéis ver las "rectangulares", cuyos bordes decoré con un tenedor.
7. A continuación batí un huevo y pinté las empanadas con un pincel de cocina.
8. En este punto se baja el horno a 180º y se meten las empanadas. Tardaron exactamente 16 minutos en cocinarse y dorarse, pero en función del tamaño de las empanadas y del horno, el tiempo de cocción varía entre 15 y 20 minutos.
9. Antes de comer, se dejan reposar unos minutos fuera del horno, ya que si se comen demasiado calientes no se aprecian bien los sabores (y nos podemos quemar la lengua jaja)
¡Buen provecho!
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Dato:
Si he de ser honesta, las espinacas en sí no son un alimento que disfrute, pero sé que unas buenas espinacas frescas son fuente de vitaminas, minerales, fibra, hierro, calcio... También es cierto que la mejor manera de aprovechar sus nutrientes es comerlas en crudo, ya que al cocerlas pierden por ejemplo toda la vitamina C. Pero si como a mí, no te hacen especial ilusión, te invito a "vendértelas" a ti mismo/a con queso, pasas, nueces, pescado, en hojaldre o con otros alimentos cuyo sabor te guste mucho.
Bergua*