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miércoles, 28 de marzo de 2018

Nuggets de zanahoria


Esta receta es un invento de ayer noche y, la verdad, nos gustó mucho. Es fácil, sana (¡al horno!) y nutritiva y, además, es una buena forma de introducir verduras en la dieta de aquellos a quienes les cuesta comerlas.

Me estuve planteando el nombre; hubiera preferido no recurrir a un anglicismo, pero lo cierto es que la palabra "nugget" ha ganado la batalla en España para hablar de "nuggets de pollo" y esta receta de "nuggets" de zanahoria es una alternativa vegetariana ideal.

Con estas cantidades salieron 25 unidades.

  • 450 g de zanahoria
  • 40 de quinoa (peso en seco)
  • 65 g de cheddar rallado
  • 70 g de cebolla (más o menos; yo usé media)
  • 1 huevo
  • 1 diente de ajo
  • 1-2 cucharadas de perejil
  • 1 cucharadita de sal
  • 1/2 cucharadita de pimienta negra
  • 1/2 cucharadita de pimentón dulce

La preparación:

1. Cocemos la quinoa con agua y un poco de sal. Hervimos durante 12-15 minutos; la medida de agua es dos partes de agua por una de quinoa. Hay que controlar que no se quede sin agua. Después escurrimos y reservamos.


2. Mientras tanto, vamos a preparar las zanahorias. Primero las pelamos y las cortamos en trocitos de tamaño más o menos uniforme. Luego las vamos a cocer un poco; no demasiado (no queremos que se deshagan), pero que se les pueda clavar un cuchillo sin mucha resistencia. Una forma sencilla y rápida de hacerlo es cubrirlas con aprox. 120 ml de agua (que todos los trozos queden en parte cubiertos) y darles 10 minutos en el microondas.

3. A continuación desechamos el agua de la zanahoria y trituramos con la batidora de mano o lo que tengamos. Yo eché el perejil también en este paso para mezclarlo. Lo ideal es extender la zanahoria triturada en un plato y dejar que se enfríe un poco, para que no se derrita el queso ni se cuaje el huevo al mezclar. En Dinamarca no es problema; abro la ventana y se hiela jeje


4. Mientras la quinoa y la zanahoria se enfrían un poco, aprovechamos para pochar la cebolla. La picamos, prensamos el diente de ajo y pochamos en un poco de aceite en una sartén; con la tapa puesta para que el vapor acelere el proceso. Reservamos.


5. Ya podemos mezclar la quinoa, el puré de zanahoria, la cebolla, el queso, sal, pimienta, pimentón y un huevo batido. Mezclamos y dejamos reposar en la nevera durante unos 15-20 minutos.


6. Entonces formamos entre las palmas de las manos nuestros nuggets, los colocamos sobre papel de horno en una bandeja para horno y cocinamos en el horno precalentado a 190º durante 20-25 minutos.



* Sugerencia: Tal cual están buenísimos, pero yo mezclé yogur griego (2% de materia grasa) y especias al gusto (cebolla, ajo y pimiento en polvo) y nos gustó mucho cómo quedó la combinación.



¡Buen provecho!

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domingo, 25 de marzo de 2018

Gelatina de salmorejo


Fue encontrarme esta receta en el blog de Verónica y saber que la tenía que probar. Me encanta el salmorejo, que además me recuerda mucho a mi época en Málaga (aunque allí se llame "porra antequerana"); me encanta experimentar con recetas para hacerlas más ligeras y sanas y, además, tenía un paquete de agar-agar sin empezar y quería probar de una vez a cocinar con esta "gelatina de mar", como la llaman.

La verdad es que es un aperitivo original, rico y divertido. ¡Y encima, sano! A la hora de servir, saqué el aceite y la sal a la mesa para que cada uno añadiera a su gusto, si querían, y el huevo y el jamón hicieron el resto. Como la consistencia es blanda, a mí me gustan acompañados de algo crujiente; tostadas, patatis, rosquillas... Incluso popadams indios jeje

Verónica usa la Termomix, yo como yo no la tengo, improviso con un robot de cocina heredado, pero vamos, que con una batidora o una trituradora cualquiera, también podemos hacerlo.


  • 1 kg de tomates maduros
  • 1 diente de ajo
  • 1 cucharadita de sal
  • 50 ml de aceite de oliva
  • 1 cucharadita de azúcar para corregir la acidez del tomate
  • 2 g de agar-agar
  • 1 huevo duro
  • Taquitos de jamón serrano

La preparación:

1. Lavamos bien los tomates, los cortamos por la mitad y retiramos el pedúnculo. Trituramos durante 2 minutos para romperlo todo bien y espumar.


2. Bajamos con una espátula lo que se haya quedado en las paredes del vaso y añadimos el ajo prensado (para asegurarnos de que no queden trozos enteros). Incorporamos el aceite, la sal y el azúcar. Le damos 5 minutos en la trituradora para que emulsione y se mezcle bien. Le podemos dar más tiempo, pero si está cremoso, está listo.


3. Ponemos el salmorejo a fuego vivo en una olla y lo llevamos a ebullición. Cuando empiece a hervir, añadimos el agar-agar, bajamos el fuego a medio-alto y lo dejamos cocer durante 5 minutos. Removemos para que se disuelva y se mezcle bien.


4. Rellenamos entonces los moldes de silicona con el salmorejo (mejor si son moldes de formas sencillas). Estará muy líquido, ya que el agar-agar gelifica al enfriarse. Pasadas un par de horas ya se notará la diferencia en la consistencia y se puede usar. Si queremos, podemos hacerlo de un día para otro. Lo importante es que haya tomado la consistencia de una gelatina y que esté bien frío.


5. Sacamos con cuidado de los moldes poniéndolos boca abajo contra el plato. Decoramos con trocitos de huevo duro y jamón serrano y listo. Si queremos, podemos añadir un hilillo de aceite al servir.



¡Buen provecho!

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domingo, 18 de marzo de 2018

Empanadillas jamaicanas de ternera


Este mes hemos viajado a Jamaica con Cocinas del mundo y ha sido un triunfo (¡las empanadillas volaron!). El truco es buscar los ingredientes auténticos para conseguir el sabor jamaicano. Estas empanadillas jamaicanas de ternera son picantonas, y aunque se puede ajustar el picante, no tienen sentido sin la guindilla, así que, si no soportas el picante, mejor prueba una rica empanada gallega :P Os lo cuento todo ;) Con esta receta, salen 16 empanadillas.



Me inspiré en varias recetas auténticas para conseguir el aspecto y el sabor que toca en esta receta. En especial utilicé esta y esta como fuentes. Esta receta se conoce como "Jamaican Beef Patty" en Jamaica. Me gustó esta forma de hacerlas porque no se corta la masa en forma de círculo, sino que se hacen bolas de antemano y luego se extienden a una forma más o menos circular, de aspecto rústico. Esto evita cualquier desperdicio de masa y además hace el proceso mucho más rápido.

Para la masa:
  • 420 g de harina
  • 1 cucharada de cúrcuma en polvo
  • 1 cucharada de curry amarillo en polvo
  • 170 g de mantequilla con sal (fría)
  • 1/2 cucharadita de sal marina
  • 115 ml de agua fría + 2 cucharadas 

Para el relleno:
  • 700 g de picadillo de ternera (con poca grasa, en mi caso, 8%)
  • 90 g de pan rallado
  • 170 g de caldo de ternera (o agua y 1/2-1 pastilla de caldo concentrado)
  • 1 cebolla mediana
  • 2-3 cebolletas
  • 3 dientes de ajo
  • 1 Scotch Bonnet (también llamado "Pimiento rojo Caribe) o, en su defecto, Habanero. * Un jamaicano auténtico se atrevería con 2 guindillas, pero yo probé con una y me pareció suficiente.
  • 2 cucharaditas de curry amarillo en polvo
  • 1 cucharadita de pimienta de Jamaica (Tiene un sabor muy especial y rico; si te es imposible encontrarla, mezcla 1/2 cucharadita de canela, 1/2 de clavo y 1/2 de nuez moscada y tendrás algo similar)
  • 1 cucharadita y media de tomillo
  • 2 cucharaditas de pimentón dulce
  • 3 cucharadas de ketchup (el mío sin azúcares añadidos)
  • 1 cucharadita de sal marina
  • 1 cucharada de aceite vegetal

La preparación:

1. Vamos a empezar con la masa. Mezclamos la harina, la cúrcuma y el curry, la sal y la mantequilla fría en trocitos del tamaño de una oliva o así. Está bien mezclado cuando todo esté amarillo y no se vean rastros de harina blanca.


2. Añadimos entonces la mitad del agua fría, mezclamos con las manos o con una espátula; añadimos el resto del agua, vamos formando una bola de la consistencia de plastilina o masa Play-Doh. Añadimos si hace falta las dos cucharadas extras de agua; si nos pasamos y la masa se pone pringosa o pegajosa, lo corregimos con un poco de harina.


3. Entonces separamos la masa en 16 piezas. Cortamos primero en cruz, luego cada cuarto por la mitad y así hasta que tengamos 16 cortes iguales. Les damos forma de bola, los cubrimos con plástico de cocina y les damos a las 16 bolitas 30-60 minutos de reposo en la nevera.


4. Mientras tanto, vamos a por el relleno. Picamos la cebolla y la cebolleta (verde incluido). Prensamos o machacamos el ajo. Retiramos las semillas de la guindilla o chile y picamos la carne bien finita (con guantes si queremos evitar accidentes como tocarnos la nariz, ojos, etc. y que nos arda la piel, aunque no es imprescindible).


5. Calentamos la cucharada de aceite a fuego medio-alto en una sartén y sofreímos la cebollla, cebolleta, ajo y chile durante 5 minutos o así, hasta que esté todo tierno.


6. Añadimos el picadillo de ternera. Le damos unas vueltas para que se haga por todas partes y, cuando haya tomado color, sazonamos: pimienta de Jamaica, sal, curry, tomillo, pimentón y la pastilla de caldo de ternera. Mezclamos bien e incorporamos el pan rallado y el ketchup. Mezclamos otra vez.


7. Vertemos el agua en la sartén, bajamos el fuego a medio-lento y dejamos reducir hasta que el relleno quede húmedo y espeso, pero sin caldo líquido. Retiramos del fuego.

8. Es el momento de rescatar nuestras bolitas de masa. Sobre papel de horno, las aplastamos una a una y extendemos la masa hasta darle forma más o menos circular. El grosor va al gusto, pero hay que tener en cuenta que la masa crece en el horno, así que yo las dejo bastante finas.

9. Una vez hechos los círculos, rellenamos generosamente poniendo relleno en un lado y cerrando con la masa sobre el relleno. Sellamos los bordes con la mano o con un tenedor. 


10. Les damos unos 20-25 minutos a 200º en el horno precalentado. Cuando la masa está lista, queda firme y se puede pinchar con un cuchillo sin que este se manche de masa. En mi horno, 20 minutos fueron suficientes. ¡Y ya está!



En teoría se comen calientes, pero a mí personalmente me gustan más en frío, como me pasa en general con todas las empanadas. 

* Una vez horneadas, se pueden congelar. Luego no hay más que dejarlas descongelar y, si queremos, calentarlas un poco en el horno a muy baja temperatura. Yo no he probado a congelarlas porque volaron. Mi marido se comió 4 del tirón porque no le entusiasman las cosas con masa; si le llegan a gustar, se come las 16 en una sentada jaja


¡Buen provecho!

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sábado, 24 de febrero de 2018

Sándwich al estilo inglés


Este mes nos toca asaltar la cocina de Rebeca y, aunque encontré varias recetas interesantes, me apeteció probar a hacer estos sándwiches, un clásico madrileño que no he tenido el placer de probar en el restaurante que los dio a conocer y les da su nombre, "sándwiches de Rodilla".
Yo en mi blog los he llamado "sándwich al estilo inglés" precisamente porque no creo que pueda recrear los de Rodilla sin haber probados los auténticos. Pero he seguido la receta de Rebeca y me he permitido alguna licencia de autora para que el resultado fuera más ligero; por ejemplo, he usado yogur griego en lugar de mayonesa. Evidentemente, el sabor no es el mismo, pero el resultado son unos sándwiches más ligeros y, la verdad, muy ricos.

Por lo que Rebeca nos cuenta, estos sándwiches tienen alma de receta de reciclaje o aprovechamiento, y es que se empezaron a elaborar para aprovechar los extremos de las barras de fiambre que el dueño vendía en su panadería-charcutería. 
Aquí en Dinamarca es muy difícil encontrar el tipo de pan requerido, y es que el pan blanco se considera casi un veneno; así que hay mucha más variedad de pan integral y de centeno. Pero conseguí un buen pan de molde firme y tierno. Eso sí, con corteza, pero bueno, retiré la corteza con cuidado y la aproveché para otras recetas. Personalmente a mí me gusta la corteza, pero quería que el resultado final recordara a los de Rebeca.

Aquí tenemos 3 rellenos diferentes y suficiente para 2 sándwiches de cada; es decir, 6 sándwiches; 12 triángulos en total.

Sándwich de queso y gambas:
  • 80 g de queso cremoso ligero /tipo Philadelphia light)
  • 60 g de yogur griego natural 2% de materia grasa
  • 80 g de gambitas cocidas y peladas

Sándwich de pavo y manzana:

  • 100 g de pavo
  • 1/4 de manzana golden
  • 2 hojas de lechuga
  • 5 cucharadas de yogur griego natural 2% de materia grasa
  • 1/2 cucharada de ketchup sin azúcares añadidos

Sándwich de cangrejo y cebolleta: (Mi favorito)
  • 8 palitos de cangrejo (surimi)
  • 1 huevo grande duro
  • 2 cebolletas
  • 5 cucharadas de yogur griego natural 2% de materia grasa



La preparación:

Sándwich de queso y gambas:

1. Picamos los ingredientes sólidos de cada sándwich por separado. 

2. Mezclamos el queso cremoso con el yogur y las gambas picadas.



3. Si vas a retirar la corteza del pan, hazlo antes de rellenar. Unta una rebanada con el relleno, con generosidad. Tapa con otra rebanada y corta en dos triángulos iguales.



Sándwich de pavo y manzana:

1. Picamos los ingredientes sólidos de cada sándwich por separado. En el caso de la manzana, la pelamos primero, y en el caso de la lechuga, cortamos primero el tronco y nos quedamos solo con la hoja.


2. Mezclamos la lechuga, el pavo, la manzana, después añadimos el yogur y el ketchup y lo mezclamos todo bien.

3. Si vas a retirar la corteza del pan, hazlo antes de rellenar. Unta una rebanada con el relleno, con generosidad. Tapa con otra rebanada y corta en dos triángulos iguales.

Sándwich de cangrejo y cebolleta:

1. Picamos los ingredientes sólidos de cada sándwich por separado. El huevo hay que hervirlo primero (unos 10 minutos) y dejarlo enfriar. La cebolleta la cortamos por la mitad a lo largo para que los trocitos sean aún más pequeños.



2. Mezclamos el surimi picado con la cebolleta y el huevo. Después añadimos el yogur y mezclamos bien.


3. Si vas a retirar la corteza del pan, hazlo antes de rellenar. Unta una rebanada con el relleno, con generosidad. Tapa con otra rebanada y corta en dos triángulos iguales. ¡Y listo! 



* Como las tres opciones son frías, me parecieron tentempiés prácticos para dejar casi listos y terminarlos justo cuando lleguen los invitados, por ejemplo. Para sacarles el mejor provecho, Rebeca nos da muchos consejos; yo me quedo con estos tres:

1. Si no los vas a servir en el momento, es mejor guardar los rellenos en la nevera y montar los sándwiches cuando se vayan a comer, para que el pan no se humedezca de más.

2. Sin embargo, si los vas a servir en bandejas para que la gente vaya agarrándolos a su antojo, no es mala idea cubrir la bandeja con papel transparente para que no se resequen. También se puede envolver cada sándwich, pero se malgastaría más plástico.

3. Si nos sobra relleno, se puede guardar en la nevera con un poco de papel film transparente por encima, para que no coja olores, y reciclarlo en una ensalada, por ejemplo.


¡Buen provecho!

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domingo, 18 de febrero de 2018

Curry de lentejas rojas: Masoor Dal


La cocina india es una de mis grandes favoritas del mundo, de hecho, mi restaurante favorito, donde mi marido y yo celebramos cada aniversario, es indio. Así que os imaginaréis la ilusión que me hacía este viaje con Cocinas del mundo :)


En el blog ya tenía uno de mis platos indios favoritos, Palak Paneer; un curry de queso y espinacas; también tengo pan naan integral; lassi; una sopa de ocra y hojas de curry; raita; etc. 

¿Y qué busqué para este viaje? Pues estuve pensando en un tikka masala o un curry de pollo con mantequilla, porque me encantan, pero me apeteció probar a hacer mi propio dal (curry de lentejas).

Estas recetas cambian de casa en casa, al igual que la mezcla de especias de cada familia, y también se ven diferencias entre la cocina del norte y del sur. Por ejemplo, la asafétida se emplea sobre todo en zonas donde no se permite el uso de cebolla y ajo por motivos religiosas, aunque también es buena para facilitar la digestión de legumbres. 

Mi curry de hoy lleva lentejas rojas (llamadas "masoor") y se basa más que nada en la receta de Hari Ghotra. Es una versión bastante ligera, la verdad, porque no lleva nata añadida ni tanta grasa como otros; solo un poco de ghee, la mantequilla clarificada típica de la comida india (y paquistaní y de Sri Lanka). Nos gustó y pensamos hacerlo muchas más veces en casa.


  • 200 g de lentejas rojas
  • Aprox. 900 ml de agua
  • 1 cucharadita de sal
Masala:
  • 1 cucharada de ghee (o aceite vegetal)
  • 1 cucharadita de semillas de comino
  • 1-2 hojas de laurel
  • 1 cebolla pequeña
  • 1 diente de ajo
  • 2 tomates grandes maduros
  • 1 cucharadita de jengibre fresco 
  • 1/2 guindilla (de tamaño y tipo gundilla tailandesa)
  • 1 cucharadita de cúrcuma en polvo
  • 1 cucharadita de garam masala (mezcla de especias)
  • 1 cucharadita de hojas secas de de frenogreco (kasoori methi en hindi)
  • Opcional: 1 cucharadita de asafétida (facilita la digestión de las legumbres)
Decoración:
  • 1-2 guindillas
  • Cilantro fresco


La preparación:

1. Lo primero es cocer las lentejas, que no necesitan estar a remojo antes. Ponemos las lentejas y la sal en agua fría y lo llevamos a ebullicición, unos 10 minutos, después bajamos a fuego lento-medio y las dejamos cocer durante unos 40-50 minutos en total, hasta que están blandas y las puedas aplastar entre las yemas de los dedos.
* Lo normal hoy en día es usar una olla rápida; en India miden por silbidos; donde las recetas indias dicen 4-5 silbidos, podemos calcular 2-3 minutos por silbido; es decir, 4 silbidos serían 12 minutos, pero a mí se me deshicieron de más, así que aconsejo no darles más de 10 minutos. Tal vez sea más bien 2 minutos por silbido, ergo 4 silbidos = 8 minutos. Y si no están lo suficientemente tiernas, se les da un poquitín más.

2. Mientras se cuecen las lentejas, nos ponemos con las especias. Calentamos el ghee en una sartén. Agujereamos con un tenedor la gundilla y la echamos a la sartén con el laurel y las semillas de comino.



3. Entonces machamos en el mortero el jengibre, el ajo, la media guindilla y la cebolla picadita (para que sea más fácil chafarla). Primero creamos una pasta con el ajo y el jengibre; el resto lo añadimos después y solo lo machamos un poco para sacar los sabores.



4. Cuando las semillas empiecen a chisporrotear, es hora de retirar la gundilla de la sartén. Entonces añadimos el contenido del mortero a la sartén y dejamos que coja colorcillo. Bajamos el fuego y añadimos el tomate en daditos, la cúrcuma, el fenogreco, el garam masala y, si tenemos, asafétida. Dejamos cocinar a fuego medio-lento durante 10 minutos y removemos de vez en cuando y aplastamos el tomate y la cebolla para formar una pasta masala de base.



5. Por último, mezclamos nuestra base masala con als lentejas (y su caldo) y removemos y mezclamos bien. Tiene que quedar con la consistencia de una sopa espesa, gachosa. Es el momento de rectificar si falta sal, añadir agua o dejar que se evapore la que sobre... 

6. Y listo. Servimos en cuencos y decoramos con cilantro fresco picadito, la gundilla que freímos al principio y, si nos gusta, un chorrito de limón.


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viernes, 2 de febrero de 2018

Sopa de ajo de mi abuela


Esta sopa de ajo es una de las recetas clásicas de mi abuela, pero hay que decir que ella la sacó en su día de una colección de libros de cocina que se llama "Biblioteca de oro de la cocina", del Club internacional del libro.
Este plato se sirve tradicionalmente en cazuelitas de barro. Es una receta sencillísima y está muy buena. Os cuento cómo la preparamos en casa, tal cual la hace mi abuela. Para 4 comensales:

  • Pan de hogaza del día anterior (3 rodajas por persona)
  • 125 cl de caldo de cocido, o en su defecto, agua y una pastilla de caldo
  • 4 huevos
  • 3-4 dientes de ajo
  • Una cucharadita de pimentón dulce
  • Sal
  • 3 cucharadas de aceite de oliva
  • Opcional: Taquitos de jamón serrano (no es parte de la receta original, pero a mi abuela le gusta)

La preparación:

1. Ponemos el caldo a hervir con un poco de sal.

2. Mientras, machacamos a mortero el ajo y el pimentón para formar una pasta con ello.


3. También cortamos rodajitas finas de pan y las colocamos en el fondo de las cazuelitas individuales de barro. Hay quien fríe el pan, pero no hace ninguna falta.


4. En cuanto el agua rompa a hervir, echamos en ella el contenido del mortero; repelamos el mortero con un poquito de agua para aprovecharlo todo. En este paso, mi abuela añade los taquitos de jamón serrano, pero eso va al gusto.


5. Cuando vuelve a hervir, justo antes de servir, cascamos los huevos y los echamos a la olla con cuidado de que no se rompan. No tienen que cuajar del todo, así que en seguida, los pescamos y los servimos en sus respectivas cazuelitas, sobre el pan. Al servir, la yema del huevo tiene que seguir líquida por dentro.
(* Tradicionalmente se sirve cada huevo crudo en el fondo de las cazuelitas y se deja que se haga con el calor del caldo, pero mi abuela no lo hace así.) 


6. Finalmente, repartimos el caldo en las cazuelitas. ¡Y listo!





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