Creo que es imperativo disfrutar de la vida y para eso es importante hacer cosas que nos traigan alegría. Así que, si comer queso o chocolate te hace feliz, adelante. No obstante, para poder disfrutar de la vida, también es imprescindible encontrarnos bien de salud. Por eso hay que cuidarse en el día a día y, de ese modo, las excepciones que hagamos en ocasiones especiales, se sentirán como algo aún más especial. Porque a mí me pueden encantar las gambas rojas a la plancha, pero si las comiera todos los días, no me haría la misma ilusión comerlas en las ocasiones especiales y hasta podría acabar harta de ellas.
Bueno, que me voy por las ramas, vamos al tema. Hoy os propongo un truquillo para disfrutar de una rica ensaladilla y a la vez compensar los excesos de las fiestas, ya que no lleva mayonesa, sino skyr. El skyr es una especie de yogur proveniente de Islandia; aquí en Dinamarca es muy popular por ser rico en proteínas con un nivel graso bajísimo y, en conjunto, muy pocas calorías. Se dice que ya lo tomaban los vikingos en sus tiempos. Sabe un poco a queso fresco y, si no lo encuentras, también puedes usar quark o creme fraiche (nata agria), pero lo menos calórico es el skyr y además da la misma textura que la mayonesa.
- 400 g de carne de cangrejo/buey de mar (yo encontré patas gordas de oferta)
- 1/2 cebolla morada pequeña
- 1/2 aguacate pequeño
- 2 hojas grandes de lechuga
- 2 cucharadas de skyr
- Limón
- Sal y pimienta
- Opcional: 1-2 gotitas de tabasco
La preparación:
1. Sacamos la carne del cangrejo y la desmenuzamos.
2. Picamos la cebolla muy finito y reservamos en un cuenco.
3. Añadimos al cuenco de la cebolla el aguacate también en trocitos; salpimentamos y rociamos con un chorro de limón.
4. Mezclamos la carne de cangrejo, la cebolla y el aguacate con el skyr y la gotita de tabasco, si nos gusta. Movemos con cuidado para que el aguacate no se haga puré.
5. Servimos sobre una cama de lechuga cortada en tiras finitas.
¡Buen provecho!
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