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miércoles, 26 de abril de 2017

Nubes de mi abuela


Sé que, en otras casas, este postre se conoce como "Islas flotantes", pero en mi familia son nubes, en concreto las nubes de mi abuela, y son un recuerdo entrañable de las comidas en familia. No hace mucho que me las hizo y me dio su receta. 

Ahora la comparto con vosotros, con las fotos del día que las hice con mi madre por su cumpleaños. Mi abuela no cocina con cantidades, todo va "a ojo de buen cubero", pero yo fui prestando atención a lo que hacía y apuntando.

  • 3 huevos
  • 1 litro de leche
  • 2-3 cucharadas grandes de maizena
  • 4-5 cucharadas de azúcar
  • 1/4 de corteza de limón
  • Canela en polvo o en rama al gusto (en mi caso, 2 trocitos de 3 cm de largo en rama más un poco en polvo para la natilla y además otro en polvo para decorar)
La preparación:

1. Hervimos la leche con la corteza de limón, la canela en rama, si queremos un poco de canela en polvo, y el azúcar (4 cucharadas).



2. Separamos entonces las yemas de las claras y batimos las claras a punto de nieve (hasta que se le pueda dar la vuelta al recipiente sin que caiga nada). Añadimos entre 1/2 y 1 cucharada de azúcar batiendo para que no se baje el soplillo.



3. Cuando hierva la leche, echamos a cucharadas la clara para que se cuaje; tarda unos segundos. Cada cucharada cuajada formará una nube.



4. Sacamos cada nube con cuidado, las escurrimos un poco y las servimos en una fuente.



5. Aparte mezclamos las yemas, 2 cucharadas de maizena y un poco más de leche. Removemos y lo colamos.

6. En el cazo de leche añadimos las yemas disueltas con la maizena y removemos sin parar con una cuchara de madera. Si vemos que le cuesta espesar, podemos añadir una cucharada más de maizena disuelta en un poquito de leche fría.



7. Cuando espese nuestra natilla, servimos en la fuente donde teníamos las nubes de clara, alrededor de estas. 

8. Espolvoreamos con canela y lo dejamos reposar en el frigo durante al menos 1 hora.


La prueba de fuego del soplillo



¡Buen provecho!


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Bergua*





viernes, 21 de abril de 2017

Rollitos de surimi y atún


Estos rollitos son un aperitivo o un picoteo genial; son facilísimos de preparar y están requetebuenos. 

El relleno es un paté cremoso improvisado de queso de untar, surimi y atún, y por supuesto se puede usar para otras cosas además de estos rollitos. El sabor predominante es el del atún, pero podéis alterar la receta para que sepa más a surimi, si lo preferís. Con estas cantidades salen 20 rollitos.


Para el paté cremoso:
  • 80 g de atún (lo que suele llevar una lata en España - 220 g netos, 80 escurridos)  -en aceite de oliva, si es posible-
  • 80 g de queso cremoso de untar (tipo Philadelphia)
  • 135 g de surimi (unas 8 barritas, según el tamaño)
  • 12 g de cebolleta (también llamado ajete) o cebolla morada
  • Sal y pimienta al gusto
Para los rollitos:
  • 5 rebanadas de pan de molde integral

La preparación:


1. Escurrimos casi del todo el atún (digo que preferiblemente atún en aceite de oliva por el sabor y la calidad, pero yo en Dinamarca no tengo esa opción).

2. Trituramos o batimos los ingredientes del paté hasta que la textura sea suave y no queden tropezones; cuidado con los ingredientes que se quedan en las paredes, hay que asegurarse de que acaben triturados con el resto. Probamos de sabor y rectificamos si hace falta. Reservamos en la nevera mientras preparamos el pan.


3. Las rebanadas de pan vamos a aplanarlas con un rodillo (o una botella de cristal que pese); yo usé pan con bordes y, los bordes que se rompieron, los corté y se los comió el vikingo.

4. Entonces untamos generosamente cada rebanada con el paté, pero sin llegar hasta el final del todo, para que no se nos salga al rularlo.


5. Como al hacer sushi, tenemos que rular el pan sobre sí mismo de forma que quede prieto; a mí me ayuda poner la rebanada sobre un trozo de papel transparente de cocina y con él empiezo a rular; de ahí ya sigo con las manos.


6. Justo antes de dar el rulo por terminado, extendemos el exceso de paté en el último centímetro de pan donde no habíamos untado nada; funcionará como pegamento.


7. Realmente los rulos se pueden comer tal cual a bocados; seguro que a los niños les encanta la idea; pero si quieres servirlo en plan picoteo/tapeo y sacarlo a la mesa de forma más fina, haremos los rollitos:


8. Con un cuchillo de sierra que corte bien, cortamos el rulo por la mitad y luego cada mitad en dos trozos; así, de cada rulo saldrán 4 rollitos. Es importante cortar con movimiento de serrucho y no presionar, o "espachurraremos" los rulos.



¡Y ya está!

¡Buen provecho!


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domingo, 16 de abril de 2017

Rocambole brasileiro de carne


¡Nos vamos a saborear Brasil con Cocinas del mundo! Tuve que descartar varias recetas con mucha pena porque sabía que me sería imposible encontrar un par de ingredientes que eran indispensables para acercarme al sabor original de la receta. Así que acabé escogiendo este gran clásico, el rocambole brasileño/brasileiro de carne moida (picada), y no me arrepentí para nada, de hecho se ha convertido en una de las recetas favoritas de mi vikingo. Yo también quedé muy impresionada, y mira que no soy muy carnívora. 

Esta receta es una especie de brazo de gitano o pionono salado en el que la base es la carne. También existen el rocambole de bizcocho, de tortilla y hasta de yuca. Entre los de carne, los hay que se decoran con panceta por arriba, envueltos en bacon o, como yo lo traigo hoy, con salsa por encima. En cuanto a la carne, la más tradicional para esta receta es la de ternera, pero también sirven el cerdo, el pollo y el pavo, por ejemplo. Yo no me he podido resistir a añadir alguna verdura. Me inspiré en varias recetas, sobre todo en esta.

El ingrediente secreto de esta receta es sopa de cebolla en polvo, te lo chivo ;) Aquí en Dinamarca no es un artículo común; me hablaron de una tienda alemana que tenía, pero no les que quedaba, no sabían cuándo iban a traer... Total, que acabé usando unos polvos de cebolla y pimiento que se usan para preparar salsas de crème fraîche para las patatas fritas de bolsa (patatis, en mi tierra). Si tú también tienes problemas para encontrar sopa en polvo, como recurso alternativo también serviría la cebolla en polvo que venden como especia, aunque no es lo mismo.




Para la masa y el relleno:
  • 500 g de picadillo de ternera
  • 1 sobre de sopa de cebolla en polvo (aprox. 4 cucharadas)
  • 2 cucharadas de la salsa de tomate que más nos guste (la mía lleva ajo y albahaca)
  • Aceite de oliva
  • Sal y pimienta
  • 150 g de jamón york
  • Aprox. 200 g de queso en lonchas (el Havarti cremoso se funde muy bien y es típico de Dinamarca)
  • 3 cucharadas de cebollino fresco picado
  • 1/2 calabacín
Por fuera:
  • 1 cebolla grande, aprox. 130 g.
  • Salsa de tomate de la que nos guste, unos 200 g.

La preparación:

1. Colocamos la carne picada en un recipiente; añadimos un chorrito de aceite, la sopa de cebolla en polvo, el cebollino picadito y las dos cucharadas de salsa de tomate. Mezclamos bien con un tenedor o una cuchara, o bien con la mano (mejor si usamos un guante o una bolsa de plástico, para que no se nos pegue a la piel). Si tenemos tiempo, dejamos que la mezcla repose durante 10 minutos.



2. Extendemos un trozo de papel transparente de cocina sobre nuestro banco de trabajo y distribuimos por encima la carne.

3. Para aplanar y repartir la carne en forma rectangular, podemos usar un rodillo directamente sobre la carne o sobre papel de horno. Que nos quede de un grosor de unos unos 0,5 cm; a mí se me quedó fino de más en el de la foto. Entonces salpimentamos.



4. Procedemos a rellenar: primero lonchas de jamón york, después lonchas de calabacín (cortadas con una mandolina) y finalmente lonchas de queso (las mías tirando a gruesas). Yo añadí una capa más de jamón porque las lonchas eran muy finas. No hay que cubrir la superficie de la carne hasta los bordes, para que no se nos desborde al cerrar.



5. Para cerrarlo, la técnica es la misma que para hacer sushi. Se enrolla sobre sí mismo y se sellan los bordes con la propia carne. Es importante sellarlo tanto por los lados como por bajo.



6. Echamos un chorrito de aceite en un recipiente para horno y restregamos por el fondo. Entonces trasladamos el rocambole al recipiente.



7. Repartimos la salsa de tomate por encima y por los lados de nuestro rocambole, para que no se seque. Por la parte de arriba repartimos la cebolla cortada en aros ni muy finos ni muy gruesos. El detalle de la cebolla vale la pena, queda riquísimo y también queda bonito.



8. Finalmente cocinamos durante 50-60 minutos a 180º en el horno precalentado. Comprueba que la carne esté hecha por dentro; para evitar que la cebolla se queme, podemos cubrir con papel de plata durante los últimos 10-20 minutos.



¡Buen provecho!

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domingo, 9 de abril de 2017

Espárragos abrigados


Esta receta es una pasada; es sencillísima y es alucinante lo buena que sale. Te puede servir de picoteo, de aperitivo o incluso de cena rápida. Yo creo que sabe aún mejor cuando te los comes con las manos jeje

Me preocupaba cómo quedaría la textura de los espárragos, pero decidí asarlos directamente sin escaldarnos antes y, la verdad, quedan tiernos y deliciosos, en serio. Es una forma fenomenal de comer verdura. ¡Y encima es vistosa, fácil y barata!

Los llamo espárragos abrigados por motivos evidentes, pero también me recuerdan al helado Twister, que significa "tornado", pero no sé, me gusta más lo de "abrigados", en la línea de las clásicas "gambas con gabardina" ;)

  • 12 espárragos verdes
  • 12 tiras de masa de hojaldre
  • 12 tiras de bacon (o 6, según el grosor)
  • 1-2 cucharaditas de leche
  • Pimienta (yo uso una mezcla de negra, blanca y rosa)

La preparación:

1. Cortamos el final de los espárragos para deshacernos de la parte dura y correosa. Después lavamos los espárragos y los secamos o los dejamos secar.


2. Los envolvemos en el bacon; si nuestras lonchas de bacon son anchas, las podemos cortar por la mitad a lo largo y usar media loncha por espárrago; mis lonchas de bacon eran más bien estrechas, así que las usé enteras. Las enroscamos alrededor del tronco del espárrago de una punta a otra.


3. Cortamos las tiras de una placa fina de hojaldre y las enrollamos igual al rededor del espárrago con espacios entremedias y de una punta a otra. Será mejor si el final de la masa lo apretamos un poco contra el espárrago, para que no se abra al cocerse.


4. Finalmente le podemos dar un par de toques especiales, aunque no es imprescindible. Vamos a barnizar la masa con leche; el efecto es el mismo que al barnizar con huevo, le da un tono dorado a la masa, pero es apto para alérgicos al huevo y no hay que abrir un huevo para tan poco. Y también recomiendo espolvorear con un poquitín de pimienta al gusto; sal no hace falta porque el bacon ya aporta sal suficiente.


5. Entonces le damos 18-20 minutos en el horno precalentado a 200º. Cuando la masa esté doradita, servimos y a disfrutar.

¡Buen provecho!

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viernes, 7 de abril de 2017

Vuelta al mundo culinaria

Cada mes participio en el reto de Cocinas del mundo y es una forma genial de descubrir platos y sabores del mundo; me encanta el concepto y el viaje. 



Terminamos la primera vuelta hace dos meses y me apetecía hacer un recopilatorio de todos los destinos y todas las recetas; acompaño de la primera frase que me viene a la cabeza al pensar en aquella parada y una foto. Para ver la receta, pincha en el nombre del país o el especial (en lila). ¡Espero que lo disfrutéis!

Iré actualizando la lista de la segunda vuelta según avance la temporada =)

Primera vuelta

Azerbayán
Bulgaria
Camboya
Dinamarca: Rødgrød med fløde o gachas rojas con nata
La primera receta con la que participé; un rico clásico veraniego de mi país de adopción.


Egipto: Kunafa كنافة
Un triunfo total; menos mal que lleva tiempo, si no, me veo haciéndolo cada dos por tres (y sano no es exactamente).


Francia: Tartiflette.
Casi me quedo sin participar en Francia porque aún no había hecho el hábito y se me olvidó por completo. Por suerte, me acordé un día antes.


Guatemala: Plátanos en mole.
De todas las recetas que probé durante la primera vuelta del reto, esta fue la única decepción. No sé si es que hice algo mal o simplemente no era de mi gusto.


Especial Navidad: Receta doble, risengrød, o gachas de arroz danesas, y klatkager, unas tortitas de reciclaje. Otro gran clásico de mi país adoptivo.



Hungría: Pollo húngaro al pimentón y ñoquis.
Una receta sencilla que nos gustó mucho. Y me entretuve haciendo los ñoquis de pan ^^


Irlanda: Jamón irlandés a la naranja y mostaza de miel.
Riquísimo.


Japón: Bento "Bajo el mar".
En Japón yo me lo pasé pipa. Me dio la oportunidad de volcar toda mi creatividad en la cocina y quedamos encantados con el resultado. Muy divertido y rico.


Korea: Chijeu-buldak, pollo de fuego coreano con queso.
El mejor descubrimiento de este ciclo. Se convirtió en un clásico en casa y lo comemos cada dos por tres, tal cual o con variaciones. La cocina coreana en general fue un gran descubrimiento <3.


Líbano: Qataif, tortitas libanesas rellenas.
Junto con la kunafa egipcia, el mejor plato dulce de la temporada. Claro que a mí el mundo árabe me pierde, tenía puntos ya ganados; pero una delicia.


Madagascar: Akoho sy voaio, o pollo malgache en leche de coco.
Muy de mi estilo; me encantan ese tipo de salsas y platos y los hacemos mucho en casa.


Especial verano: Ensalada de verano senegalesa, Saladu awooka àk mango.
Muy rica y fresquita. 


Nicaragua: Sopa de queso y hierbabuena.
Muy rica. No la he vuelto a hacer porque es bastante pasada para el tipo de comida que yo suelo hacer, pero me alegro de haberla probado.


España: Salteadores.
Una especialidad murciana y muy popular en mi pueblo, Orihuela. Me encantan y nunca los había hecho caseros, así que aproveché la oportunidad y adapté la receta para poder hacerla al horno en lugar de fritos.


Österreich (Austria): Kaiserchmarnn o crepes austriacos.
Lo recuerdo como un poco desastre; me acababa de mudar a Málaga, mi cocina era un horror y los hice una noche en casa de mi amigo Carlos. Están ricos, pero no quedé contenta con las fotos.


Especial Navidad: Finsk brød o pan finlandés; galletas navideñas danesas.
Último destino de 2015. Es uno de mis dulces navideños favoritos en Dinamarca, por eso lo elegí. Aunque creo que seguiré probando recetas hasta dar con mi favorita.


Perú: Causas limeñas.
Con qué alegría hice estas causitas; estaba de visita en casa, en mi propia cocina, con mi despensa... Así que disfruté de hacerlas y nos gustaron mucho, además.


Queens (Nueva York): Gyoza de surimi y aguacate.
Receta que me inventé, de sabores asiáticos, pero inspirada en el panorama culinario multicultural que se vive en las calles del barrio de Queens. Riquísimas y monísimas.


Rusia: Tetërki, galletas de semilla de amapola.
Lo admito, no es ni por asomo mi gastronomía favorita y me costó mucho encontrar una receta que me apeteciera comer, pero al final descubrí estas galletas tan bonitas y, aunque desde el punto de vista culinario, las hay mejores, disfruté la experiencia.


Suiza: Tomme marinado en hojaldre.
Soy adicta al queso, así que al leer que nos íbamos a Suiza me froté las manos. No quedé contenta con el aspecto, porque en el piso de alquiler solo tenía un horno de juguete, por decirlo así, pero la receta en sí es deliciosa.


Tailandia: Fideos tailandeses con cangrejo.
Una forma muy rica de comer cangrejo y una forma original de servir.


USA: Boniatos yanquis rellenos con nubes.
Una receta un poco rara al oído, pero que nos gustó mucho, la verdad; dulce y salada, como me gusta a mí, con bacon y queso, guindilla y cebolleta y los sabores dulces de las nubes y el boniato.


Especial verano: No pude participar porque me pasé el verano ingresada en el hospital.

Vietnam: Ensalada vietnamita de cangrejo.
En cuanto vuelvan a traer cangrejos por estas tierras de vikingos, repito.


Wallis y Futuna (Polinesia francesa): Plátano macho relleno.
Yo creo que los plátanos no estaban lo suficiente maduros y que eso hizo que no me impresionara, pero estuvo bien probarlo.


Luxemburgo: Kéiskuch, tarta de queso.
Me animé con una dulce y tuvimos tarta para rato, pero salió muy rica.


Especial Navidad: Æbleflæsk, panceta danesa con manzana.
Esta es una de esas recetas danesas antiguas que tienes que probar alguna vez si vives aquí, y ahora la he probado. Está rica, pero es comida demasiado pesada para mi gusto.


Italy: Polenta con salchicha al tinto.
Nos gustó mucho y por fin probé a cocinar polenta. La voy a volver a hacer en casa.


Túnez: Borghol jari á la tunisienne, potaje de bulgur o trigo partido.
Lo elegí porque ya tenía muchas recetas tunecinas publicadas, pero hay muchos platos tunecinos que me gustan muchísimo más.




Segunda vuelta


Armenia: Arganak, caldo de limón con pelotas.
Sencillo pero riquísimo, seguro que lo haré muchas veces más. Un buen comienzo y la cocina armenia una sorpresa muy positiva.


Brasil: ¡Secreto de momento!

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