Hoy lo haré breve porque no hace ni dos días que llegué del hospital y aún me cuesta mucho el ordenador, pero esta es la primera comida que hago en tres meses, porque he estado ingresada, y quiero compartirla ya. Es sencilla y riquísima. Yo lo suelo hacer con gorgonzola porque me gusta disimular las espinacas, pero se puede hacer con queso de untar suave tipo Philadelphia normal o a las finas hierbas, con nata, sin queso... Al gusto ;) Y con más o menos queso según si es para niños o mayores con aversión por las espinacas. A mí no me entusiasman y así me las como encantad :D Esta receta en Dinamarca se suele hacer con nata o queso de untar y un toque de lima rallada.
- 650 g de salmón fresco, un buen lomo o varios trozos
- 250 g de espinacas congeladas
- 1 puñadito de pasas
- Nuez moscada
- 200 g de queso gorgonzola dulce
- 1 chorro de leche
- 1 placa de hojaldre fresco (unos 275 g)
La preparación:
1. Rehogamos con tiempo las espinacas con un poquitín de aceite a malas penas, para que se vayan derritiendo. Yo lo hago en una sartén con tapa. Cuando estén derretidas nos deshacemos del exceso de agua si lo hay y añadimos las pasas y la nuez moscada, una chispa. Mezclamos y reservamos.
2. El queso también lo fundimos con tiempo. Al montar el pastel, los ingredientes deben estar fríos para que no derritan la mantequilla de la masa. Calentamos un chorrito de leche en un cazo y añadimos el queso blando en trocitos, damos vueltas y presionamos con un utensilio de madera para que se vaya fundiendo. Reservamos.
3. Toca preparar el salmón; retiramos la piel y, si tenemos un lomo grande como yo, lo cortamos en trozos de unos 15 cm de largo.
4. Extendemos el hojaldre sobre papel de horno ya en la bandeja de horneado. Colocamos el salmón cerca del borde del hojaldre. Sobre el salmón distribuimos las espinacas. Se puede salpimentar antes, pero con el gorgonzola ya casi no hace falta. (Si lo servís para niños, es mejor mezclar las espinacas en la salsa de queso primero; se disimulan más.) El queso lo distribuimos sobre la espinacas; si se nos ha cuajado, lo calentamos unos segundos en el microondas por ejemplo para reblandecerlo y poder servirlo. También podemos sacar la salsa de queso a la mesa para que los comensales se sirvan más si quieren.
5. Cerramos el hojaldre sobre el salmón y lo demás, cerramos las juntas. Podemos pincelar con un huevo batido la masa por fuera, pero no hace falta, yo no suelo hacerlo.
6. Le damos 25 minutos a 200º en el horno precalentado (180º si tenéis función ventilador). A mitad y hacia el final le echáis un vistazo por si hace falta subir o bajar la temperatura para que se tueste más o menos.
* Si sobra, no se recalienta en el microondas porque el hojaldre pierde la consistencia. Se enciende el horno con tiempo, luego se apaga y el hojaldre se calienta con el horno apagado para que el pescado no se seque.
* Según cómo vayáis de tiempo, lo podéis cerrar tal cual o decorarlo, como este, por ejemplo.
* Según cómo vayáis de tiempo, lo podéis cerrar tal cual o decorarlo, como este, por ejemplo.
¡Buen provecho!
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