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miércoles, 29 de abril de 2020

Pastel LIGERO de naranja


Este bizcocho de naranja tan ligero está tremendo, no solo de sabor, sino también de textura, ya que queda jugoso y húmedo, delicioso. ¡Y es apto para celíacos y diabéticos y hasta para dietas! ¿Suena imposible? Pues te reto a comprobarlo, porque yo misma he alucinado con este invento.

En Dinamarca, donde vivo, es bastante común utilizar harina de almendras en la repostería, y también avena. La harina de almendra no es más que almendra picada, no te asustes. Con esa idea, me puse a experimentar para conseguir un postre más ligero de lo habitual, pero lleno de sabor y de textura jugosa y, sobre todo, apetecible.

Para conseguir que cuajase, usé una buena cantidad de huevos y lo horneé bastante tiempo. No añadí mantequilla ni aceite porque las almendras ya aportan grasa vegetal de calidad. Por otra parte, en lugar de azúcar refinado, utilicé Sukrin, que es azúcar apto para diabéticos, con cero calorías y que no provoca caries ;) He probado muchos tipos de azúcares, siropes y edulcorantes a lo largo de los años y el problema a la hora de hornear es que la mayoría de sustitutos del azúcar dejan un sabor artificial en la obra final. Sukrin es un poco más caro, pero tiene la textura, el volumen y el sabor del azúcar normal y da muy buenos resultados. Esto no es un anuncio, por desgracia no me regalan el Sukrin, pero sinceramente es el sustituto que mejor funciona.

La avena no contiene gluten, pero pueden darse molestias por la contaminación cruzada, si en la fábrica también se manejan otros cereales. Hay marcas que garantizan que la avena sea apta para celíacos.

Por supuesto investigué para ver si mis ideas tenían sentido y si alguien había intentado hacer algo parecido y descubrí que Camilla Plum también tiene una "tarta de naranja sin harina" publicada. Está genial encontrar referencias cuando haces experimentos, pero hay cosas que no me cuadraban, como prescindir de la harina pero luego usar pan rallado, ya que entonces ya contendría gluten. Además, la suya lleva azúcar refinado y no lleva queso por encima. Para lo que sí me sirvió es para hacerme una idea de la proporción de los ingredientes, aunque luego lo cambiara, porque añadí otro elemento seco; los copos de avena. Total, que a mí me gusta más la mía jajaja

  • 2 naranjas, preferiblemente sin pesticidas ni nada así
  • 6 huevos
  • 200 g de harina de almendra (almendras picadas muy finito)
  • 25 g de copos de avena
  • 225 g de Sukrin (sustituto de azúcar, misma cantidad de azúcar si prefieres)
  • 1 cucharadita de levadura química
  • 1,5 cucharaditas de esencia de vainilla
Para la cobertura:
  • 100 g de queso de untar, tipo Philadelphia, pero light, sin lactosa o como tú quieras
  • 1/2 cucharadita de Sukrin (o azúcar glas si no quieres sustituir)

La preparación:

1. Lavamos las naranjas y las hervimos con piel y todo; 30 minutos en la olla a presión. Si no tienes, dale 1:30-2 horas y las sacas cuando la piel esté totalmente cocinada.

2. Cuando estén cocidas las naranjas, retiramos las pepitas (si llevan) y la extremidad del pedúnculo (donde se unía la fruta a la rama). 


3. Con una batidora de mano o robot de cocina, hacemos la naranja puré, con piel.


4. Añadimos entonces el azúcar (sukrin) y los huevos, la esencia de vainilla y batimos para mezclar y disolver el azúcar.


5. Lo siguiente es añadir la harina de almendra y los copos de avena. Batimos de nuevo y ya tenemos la masa lista.



6. Engrasamos un recipiente, para eso, me encantan los esprays de mantequilla, porque la distribuyen de forma fácil y uniforme. Espolvoreamos con unos pocos copos de avena y vertimos la mezcla.


7. Horneamos a 165º durante 70 minutos con calor arriba y abajo. Es importante echarle un vistazo de vez en cuando y cubrir la superficie con papel de plata si se está poniendo demasiado oscura. Al final, como con cualquier otro bizcocho, se pincha con un palillo para ver si sale limpio. Eso querrá decir que está listo. 


* Podéis dejarla en ese molde o sacarla, pero si la queréis sacar, antes tenemos que dejarla enfriar para que no se rompa. 

* Cuando ya esté fría, podemos aplicar la cobertura. Aconsejo dejar el bizcocho hecho y reposando, por ejemplo la noche antes, y aplicar la cobertura justo antes de servir.

8. Si utilizamos sukrin tipo azúcar normal, pulverizamos un poco en un mortero para que quede finito, como azúcar glas. Ahora batimos el azúcar y el queso con unas varillas, a mano o mecánicas. En seguida adquirirá una textura cremosa; repartimos con una espátula por la superficie del bizcocho y adornamos al gusto; en mi caso, con ralladura de naranja, alguna flor de confitería y alguna flor del jardín.



* Se conserva bien, pero hay que taparla para que no se seque por dentro y puede estar en la nevera, para que nos se estropeen el queso ni los huevos.



  ¡Buen provecho!

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