- 180-200 g de arroz para risotto (arroz arborio o de grano corto y anocho, por ejemplo, aquí en Dinamarca, se puede usar grødris o pudding rice en inglés)
- 150 g de fresas
- 1/2 cebolla picada muy finito
- 6-8 hojas de menta
- Aceite de oliva al gusto
- 25 g de mantequilla
- 50 g de queso parmesano rallado
- 1/2 vaso de vino blanco seco
- 1/2-1 litro de caldo CALIENTE vegetal (puede ser agua y una pastilla)
La preparación:
1. Ponemos el caldo a hervir porque debe estar bien caliente cuando lo añadamos al arroz.
2. A continuación lavamos las fresas y les retiramos el tallo. Reservamos fresas por valor de unos 60g para decorar (las de mejor aspecto). El resto las machacamos en un mortero o en cualquier cacharro con un tenedor hasta que queden hechas papilla.
3. Ponemos una sartén o cazo a fuego medio con 20g de mantequilla y cuando se caliente añadimos la cebolla picada finita para sofreir. No hay que dejar que se dore, sólo lo suficiente para que la cebolla se ablande y el agua se evapore.
4. Añadimos el arroz en SECO a la sartén con la cebolla y freímos durante un par de minutos, de modo que se empape en la mantequilla. Remueve de modo que todos los granos toquen la mantequilla.
5. Vertemos el vino blanco y dejamos que de un hervor y se reduzca mezclando bien para que no se pegue.
6. Con un cucharón (o un cacito en mi caso) añadimos una medida del caldo que tendremos junto al risotto guardando el calor. Mezclamos bien y nos aseguramos de que el caldo se reparta de forma uniforme.
8. Vertemos el puré de fresas sobre el arroz y lo mezclamos. El arroz tomará un color rosa pálido.
10. Una vez el arroz está listo, apagamos el fuego, retiramos la sartén del mismo y dejamos reposar 1 minuto. Ahora podemos proceder a la mantecatura, es decir, añadiremos 5-10 g de mantequilla en trocitos al arroz y removeremos bien para que se mezcle. Asimismo añadiremos 4-6 hojitas de menta picadas que le darán un delicioso frescor al plato. Normalmente se mezcla en este paso también el parmesano rallado (podemos reservar una pizca para espolvorear por encima como decoración). Sin embargo, si lo vas a servir inmediatamente, también puedes cubrir el arroz con el parmesano y dejar que cada comensal lo mezcle a su gusto, de modo que no todo el queso llegue totalmente derretido a la mesa.
¡Buen provecho!
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Bergua*
Y esta fue mi fuente de inspiración:
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