Sí, lo sé, el título puede llevar a pensar: "¡Menuda contradicción!", pero siempre digo que hay que experimentar ;)
2. Se corta la carne a taquitos y se coloca en el recipiente donde lo queramos dejar macerar (uno que tenga tapa o se pueda cubrir con papel film)
6. Pasado ese tiempo se pueden insertar los trozos de carne en los palillos. El pincho moruno tradicional sólo lleva carne. En la foto veréis que a última hora yo decidí darle un toque dulzón añadiendo mitades de ciruelas pasas entre los trozos de carne.
* También preparé unos paquetitos de papel albal con trocitos de queso y tomillo. Otra buena idea es preparar paquetitos con pimiento, cebolla, tomate... Todo para la barbacoa, pero en este caso ya había alguien que llevaba ensalada para todos.
El caso es que nos invitaron a un cumpleaños-barbacoa en el que cada uno se tenía que llevar su propia carne y me dije: ¡Qué mejor que unos auténticos pinchos morunos! Si bien cuando me puse a preparar las especias para macerar la carne, no me atrajo la idea de usar tanto aceite como era necesario, por lo que en lugar de echar mano al vino blanco, que siempre es buena opción en la cocina, me decidí por probar con un ron negro que unos amigos nos trajeron de la India. Y si tengo que ser del todo sincera, también añadí unas gotas de salsa de soja. Total, que empezó siendo una receta marroquí tradicional del sur de España y cocinada en Dinamarca y acabaron siendo unas brochetas europeas de estilo afroasiático. Las salchicas de Frankfurt que veréis en las fotos son el toque alemán que mi vikingo decidió darle a su plato.
Dicho sea desde el principio, las cantidades de esta receta se deciden más bien a ojo en función de los comensales y de los sabores que nos interese destacar. Yo cociné esta receta tan cosmopolita para 2 y utilicé:
- 300g de pechuga de pollo (obviamente admite otras carnes; mi novio por ejemplo se se preparó 2 salchichas marinadas además de las brochetas de pollo)
- Aceite de oliva
- 1 chorrito de ron. De haber podido elegir, hubiera utilizado sin duda ron de Arehucas (ron con miel).
- 1 cucharadita de la mezcla Ras el Hanut que siempre nombro cuando hablo de tajín. Suele llevar: Cardamomo, cúrcuma, comino, clavo, hinojo...
- Además de esas especias: jenjibre, ajo, pimentón dulce, pimienta de cayena, azafrán, cilantro, canela, pimienta negra, nuez moscada y perejil (Lo usé todo en polvo menos el perejil)
- Opcional: Una pizca de curry y unas gotas de salsa de soja. Yo no lo hice esta vez, pero se puede incluso añadir una cucharadita de tomate concentrado o trocitos de corteza de limón para acentuar el sabor cítrico.
La preparación de este plato es bien sencilla, pero lleva tiempo de espera:
3. Se añade aceite a las especias y, en este caso, para no usar tanto yo añadí un chorro de ron (Tiene que haber suficiente jugo para cubrir la carne). Se mezcla bien.
4. Se cubre la carne con la mezcla líquida, se mezcla y se impregnan los trozos y se cierra o se cubre.
5. A continuación se deja macerar en la nevera durante un mínimo de 12 horas, aunque es recomendable dejarlo alrededor de unas 24 horas.
6. Pasado ese tiempo se pueden insertar los trozos de carne en los palillos. El pincho moruno tradicional sólo lleva carne. En la foto veréis que a última hora yo decidí darle un toque dulzón añadiendo mitades de ciruelas pasas entre los trozos de carne.
7. Finalmente se le dan unos minutos en la parrilla a los pinchitos. No necesitan más de 4-5 minutos y hay que darles la vuelta casi constantemente para que se cocinen uniformemente. Obviamente, aceite no se les añade para cocinarlos.
Si el plan no es irse de barbacoa, se pueden asar perfectamente en el horno, aunque habrá que darle unos minutos más. Por poder, se pueden cocinar también a la plancha en una carmela.
¡Buen provecho!
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Bergua*
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